miércoles, 29 de diciembre de 2010

Del cielo...al suelo.

Era una niña cuando vivía mirando al cielo, buscando en el todo aquello que no encontraba en el suelo. En su inmensidad me perdía, entre sus nubes desaparecían todos los problemas que tenía. Daba igual si era feliz o si sufría...daba igual si ganaba o perdía, en su inmenso azul tenía todo lo que quería y dibujar mis sueños en su grandeza podía. No había imposibles, allí todo era posible.
Quienes me veían reían a carcajadas, aunque no tuvieran valor, y lo hicieran a mis espaldas. Yo era feliz, y nada de eso me importaba, despertar de mis ilusiones era lo único que me preocupaba.
Y así fue, un día desperté, y volví la mirada hacia el suelo, dejando atrás aquel maravilloso cielo.
Vi como a mi alrededor la gente ni se soportaba, entre hermanos, ni la mano se daban, ni se miraban.
Vi como el hombre disfrutaba de fortuna y riqueza, mientras que a su vecino dejaba morir en la pobreza.
Niños que morían de hambre y enfermedad, criaturas que no podían comprender su realidad. 
La mujer y el hombre como el perro y el gato...te quiero un poco y te odio un rato.
Difícil de comprender, imposible de entender.
Atónita ante lo que veía, mis ojos poco a poco se entristecían, no se podían cerrar ante lo que veían... 
Miré un poco más lejos...verdadero hambre y sufrimiento, guerras y dolor, soledad y rencor.
Entonces quise volver a mirar hacia el cielo inmenso...el dolor no me dejó, era demasiado intenso.
Todos me dijeron, has crecido, aunque en mi cabeza solo quedaba el recuerdo de lo que había perdido...
Desde entonces vivo y lucho por conseguir ese cielo, por arreglar lo que hay en el suelo, y por encontrar para esa pequeña niña que soy, algún consuelo.  =)

martes, 21 de diciembre de 2010

Una historia estremecedora...(TAWBA)

Todavía no tenía treinta años cuando tuve mi primer hijo, todavía me acuerdo de esa noche.
Como siempre estaba hasta muy tarde con el grupo de amigos hablando de tonterías y de cosas no correctas y normálmente era yo el que se encargaba de hablar mal de gente y hacer reir a mis colegas.
Y como me burlaba de todo el mundo, mucha gente me evitaba para que no me burlase de ellos.
Recuerdo que en aquella noche me burle de un ciego que mendigaba en el mercadillo
y puse mi pie enfrente de él para tirarle al suelo y así divertirnos.
Volví a casa muy tarde, como siempre, y encontre a mi mujer esperándome, pero estaba en muy mal estado, y me preguntó:
"¿Rashed dónde estabas?"
Le dije burlándome: "En Marte...", por supuesto con mis amigos.
Calló una lágrima en su mejilla.
Sentí que había ignorado a mi esposa, al no estar más tiempo con ella en su último mes de embarazo.
La llevé al hospital. Durante muchas horas sufrió los dolores del parto esperando para dar a luz, yo estaba esperando pero me cansé de esperar y me fuí a casa. Dejé mi telefono para que me dieran la buena noticia.
Después de una hora me llamaron para avisarme de que mi hijo Salem había nacido, me fuí rápidamente para el hospital, pero cuando me vieron no quisieron decirme en que habitación estaban y me dijeron que fuera a hablar con la doctora de mi mujer.
Les grité que quería ver a mi hijo primero pero insistieron en que fuera a ver a la doctora primero, me dijo que mi hijo tenía alguna deformidad en sus ojos y que parecía ciego.
Bajé mi cabeza controlando mis lágrimas y me acordé de aquel ciego del mercado que había tirado para reirnos de él...
¡Alabado sea Allah!, igual que haces...Él (SWT) devuelve.
Me quedé callado, no sabía que decir y me acordé de mi esposa y mi hijo, y me fui para ver a mi mujer.
Mi mujer no estaba triste porque era muy creyente y tenía mucha fe, y siempre me aconsejaba no hablar mal de la gente o burlarme de ellos.
Salimos del hospital con nuestro hijo Salem, y la verdad es que no me interesaba mucho, era como si no estuviera y cuando lloraba huía a la sala para dormir; mientras mi mujer lo quería y cuidaba mucho, yo no lo odiaba pero no lo quería...
Mi hijo creció y empezó a gatear, pero lo hacía raro. Y cuando llegó al año intentó andar y nos dimos cuenta de que era cojo y ahí más manía le tuve. Después mi mujer tuvo otros dos hijos Omar y Jaled.
Pasaron los años y Salem creció y también sus hermanos, yo seguía sin quedarme mucho en casa, siempre estaba con mis amigos.
Mi mujer no se cansó nunca de guiarme al bien y de suplicar a Dios que me guie, no se ponía nerviosa con todo el mal que hacía, aunque se ponia triste por verme ignorando a mi hijo Salem y estar más por sus hermanos. Pasaron más años y no rechacé la petición de mi mujer de ingresar a mi hijo en un colegio especializado para inválidos, los años pasaban y yo seguía igual.
Un viernes, me levanté a las 11, y todavía me quedaba mucho tiempo para el banquete al que estaba invitado. Me puse la ropa y me perfumé, y mientras estaba saliendo ví a mi hijo Salem llorando fuértemente en la sala.
Intenté ignorarle pero no pude, le miré y le pregunté: "¿Por qué lloras?", al darse cuenta de que estaba cerca de él, empezó a tocar con sus manitas para alejarse de mí. Parecía que quería decirme: "Ahora te has dado cuenta de que estoy, después de diez años".
Le seguí mientras se dirigía a su habitación. Al principio rechazaba decirme por qué lloraba, pero cuando me puse cariñoso con él, empezó a contarme y yo le escuchaba temblando.
Su hermano Omar que siempre le acompañaba para ir a la mezquita había tardado, y como era la oración del viernes tenía miedo de no encontrar sitio en la primera fila.
Por eso, cuando llamó a su hermano y a su madre, y nadie le contestó, empezó a llorar. Miraba sus lágrimas cayendo de sus ojos y no aguanté escuchar el resto de sus palabras, por eso puse la mano en su boca y le dije: "¿Por eso llorabas?
Me dijo: "Sí".
Me olvidé del banquete y los amigos, y le dije: "¿Sabes quien te va a llevar a la mezquita hoy?. Respondió: "Seguro que Omar pero siempre tarda"
Le dije no, yo voy a llevarte, al escuchar, creyo que era una de mis bromas y nuévamente comenzó a llorar. Le sequé las lágrimas con mi mano, y le cogí de la mano para acompañarle con el coche, pero él rechazó y me dijo que la mezquita estaba cerca y que él prefería ir andando a la mezquita.
No recordaba cuándo era la última vez que había entrado en una mezquita, pero era la primera vez que sentía miedo y arrepentimiento de todo el tiempo que ha había pasado.
La mezquita estaba llena, pero encontré sitio para Salem en primera fila, escuchamos el discurso del viernes y yo rezé a su lado.
Iba a ignorar su petición, pero le di el Corán para que no se sintiera mal. Me pidió que abriese el Corán en la sura de La Cueva (18). Es aconsejable leer esta sura cada viernes.
Le busqué la sura. Sentía ganas de llorar pero intenté controlarme, pero no pude y empezé a llorar
Era mi hijo Salem, le abrazé, le miré y pensé que no era él el ciego, sino yo, el que seguía a mis amigos que me arrastraban hacía el camino del infierno...
Volvimos a casa. Mi mujer estaba precupada por Salem, pero su precupación se convertió en lágrimas cuando supo que yo había rezado el viernes.
Desde ese día no dejé de rezar las oraciones en la mezquita, y tuve nuevos amigos buenos y olvidé a mis ex-amigos. Empezé a leer mucho el Corán y a rezar más, y fuí a clases de religión.
Dejé todo lo malo que hacía anteriormente. Me sentí más cerca de mi familia. Desapareció la mirada de tristeza y de miedo de mi mujer.
Mi hijo Salem, con una sonrisa como si tuviera todo el mundo en sus mano, dió gracias a Allah por todo eso.
Un día mis amigos tomaron la decisión de viajar para explicar y hablar del Islam en zonas lejanas. No sabía que hacer, recé, consulté a Dios y le pregunté a mi mujer qué opinaba, yo pensé que iba a rechazar, pero ella aceptó.
Se puso contenta y me animó, porque yo antes nunca le consultaba y viajaba sin decirle nada, para hacer todo tipo de cosas reprobables. Fuí a mi hijo Salem para contárselo, me abrazó y se despidió de mi.
Pero Salem siempre estaba en el colegio o en la mezquita, le echaba mucho de menos, quería escuchar su voz. Y cada vez que decía a mi mujer que la echaba mucho de menos se reía de felicidad, excepto la última vez, su voz era diferente.
Le dije. "Le das mis saludos a Salem". Me respondió: "Vale" y se quedó callada.
Finálmente regresé a casa. Llamé a la puerta. Deseaba que Salem me recibiera, pero me abrió la puerta mi hijo Jaled, le abrazé y él gritaba:"Papá, papá, papá,...". Pero no me sentí bien.
La contemplé bien y le pregunté: "¿Qué te pasa?" Me contestó: "Nada." Me acordé de Salem y pregunté : "¿Dónde está Salem?" Bajó la cabeza y no contestó. Cayeron lágrimas de sus ojos.
Mi mujer no guantó, casi se caía al suelo de tanto llorar. Salí de la habitación.Despues supe que habia tenido una fiebre muy alta y habia muerto.
Cuando sientas que la Tierra es tan pequeña y sientas que estás ahogado de lo que llevas, llama a Allah. Si no ves salidas ni caminos ni esperanzas ¡LLAMA!, ¡SÚPLICA A ALLAH!
Allah quiso guiar al padre de Salem a través de su hijo vivo y muerto...
Esta es la historia que ha contado Jaled, el hermano de Salem, que ahora es un famoso especialista de la religión islámica.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Suras (Capítulos) y Ayats (Aleyas) con especial recompensa

El Profeta Muhammad (SWS), dijo :
1. La Sura Al-Fatiha es cura para las enfermedades (Darmi, Bahiqi).
2. No convirtáis vuestras casas en cementerios, el shaytan huye de la casa en la cual se recita la Sura Al-Baqara (Sahih Muslim).
3. Quien memorice las primeras 10 ayats de la Sura Kahf se salvará del Dajjal (Sahih Muslim).
4. Quien recite la Sura Kahf el dia del Ju'mua, una luz lo iluminará hasta el viernes siguiente.
5. Todo tiene un corazón y el corazón del Coran es la Sura Ya-Sin. A quien recite Ya-Sin Allah le escribirá la recompensa como si hubiera recitado todo el Corán diez veces (Tirmizi/Darmi).
6. A quien lea la Sura Ya-Sin por agradar a Allah sus pecados les serán perdonados, recitadla por vuestros muertos (Bahiqi).
7. Sura Al-Ijlas equivale a un tercio del Corán
8. Quien recite Ayat Al-Kursi despues de cada salat obligatorio estará bajo la protección de Allah (Dailmi).
9. El dia del Juicio Final será dicho al que haya recitado la sura Al-An'am : ven al Paraiso por haber amado la sura Al-An'am y su recitación.
10. En el Coran hay una sura que tiene treinta aleyas, las cuales intercedieron por un hombre que las recitaba hasta que fue perdonado. Es la sura Al-Mulk.
(Abu Daud/Tirmidi).

sábado, 18 de diciembre de 2010

Para tí, ¡CREYENTE!

A veces el camino es difícil, los obstáculos abundan y la voluntad flaquea...
A veces todo se vuelve oscuro y no ves salida...
A veces la rendición es mostrada como solución...
A veces o muchas veces quieres dormir sin despertar...
A veces tus fuerzas ya no dan mas...
A veces deseas tirar la toalla y renunciar...
Y solo en tu fe en Allah, encuentras el poder y la fuerza para continuar...
Recuerda que ALLAH es grande que la felicidad es alcanzable que todo es posible si de verdad quieres conseguirlo.
¡Porque en el fondo nada ni nadie puede impedirlo si tu confías en ÉL (SWT)!
ALLAH iluminará tu camino, te dará la fuerza para soportar, vencer y lograr tu fin.
Insistir y perseverar es la receta del éxito. Tras caerte mira arriba
y si no ves una mano no quiere decir que no este ahí, porque no solo lo que vemos con los ojos existe, hay cosas que solo el corazón ve y que solo el espíritu siente.
¡Lucha tras lucha ganaras la sabiduría que en tu viaje te ayudará a alcanzar la otra orilla!
¡Se paciente que tus amados te esperan sonrientes esperando tu llegada!
¡Se por ende a la altura de sus espectativas!
¡Se el eslabón de la cadena de la verdad!
¡Se lo que debes ser! ¡Un verdadero musulmán!
Recuerda que su perdón es infinito que Su mano esta tendida a quien quiera Su perdón y ayuda.
Recuerda que si el mundo entero esta en tu contra, ¡ALLAH esta de tu parte!
Recuerda que tu deber no es conseguirlo sino ¡intentarlo!
Recuerda que si Recuerdas es que El quiere que recuerdes ¿y aun así dudas?
¡Confía!
Que esta vida no es más que un puente donde tú eres un viajero de camino a su morada.
¡Que tus provisiones sean la taqwa y la esperanza!
¡CONFÍA!
¡Que eres la esperanza del pasado y constructor del futuro!
¡No pierdas tiempo y actúa!
Lucharemos todos juntos contra nuestras debilidades que nos quieren arrastrar al abismo.
¡Mano en mano todos iremos hacia delante, viajeros andantes con la mirada fija en la meta propuesta!

¡HACIA EL PARAISO!

La virtud de realizar muchos ayunos voluntarios durante el mes de Muharram

¿Es Sunnah cumplir con muchos ayunos voluntarios (naafil) durante el mes de Muharram?
¿Tiene algo especial sobre este mes comparado con el resto de los meses?Alabado sea Allah.
El mes de Muharram es el primer mes del año islámico, y es uno de los cuatro meses sagrados de Allah. Dice Allah en el Corán:
‘Ciertamente que el número de meses para Allah es doce, porque así Él lo decretó el día que creó los cielos y la Tierra; de ellos, cuatro son sagrados [Muharram, Rayab, Dhul Qa‘dah y Dhul Hiyyah]. Así está establecido en la religión verdadera, no obréis pues en contra vuestra [desobedeciendo a Allah]’. [9:36]

 
Al-Bujari (3167) y Muslim (1679) narraron de Abu Bakrah (que Allah esté complacido con él) que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) dijo: ‘La división del tiempo ha vuelto a su forma original que regía el día que Allah creó los cielos y la tierra. El año consta de doce meses de los cuales cuatro son sagrados, Dhu’l-Qa’dah, Dhu’l-Hiyyah y Muharram, y Rayab de Mudar que viene entre Yumada y Sha’baan’.

Se ha comprobado que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) afirmó que el mejor ayuno después de Ramadán es el ayuno realizado durante el mes de Muharram. Se narró de Abu Hurayrah (que Allah esté complacido con él) que el Mensajero de Allah (que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) dijo: ‘El mejor ayuno después de Ramadán es en el mes de Allah: Muharram, y la mejor oración después de la oración obligatoria es la oración nocturna’. Narrado por Muslim, 1163.

Con respecto a la frase ‘el mes de Allah’, mencionar el mes junto con el nombre de Allah es un signo de gran estatus. Al-Qaari dijo: Todo indica que lo que se quiere decir es todo el mes de Muharram.
Pero se ha comprobado que el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah desciendan sobre él) no ayunaba ningún mes completo aparte de Ramadán, por lo que este hadiz debe entenderse como que se recomienda ayunar mucho en el mes de Muharram, pero no el mes completo.

Y Allah sabe mejor.

¿Ayunar ‘Ashura cuando aún se deben días de Ramadán?

Ayunar ‘Ashura cuando aún se deben días de Ramadán.
Debo aún compensar algunos días de Ramadán que no pude ayunar, pero quiero ayunar ‘Ashura’.

¿Es permitido que ayune ‘Ashura antes de que complete los ayunos que debo?
...
¿Puedo ayunar ‘Ashura’ y el once de Muharram con la intención de también compensar los días que me faltan de Ramadán, y aún así alcanzar la recompensa por ayunar ‘Ashura’?.

Todas las alabanzas pertenecen a Alá.

Primero:
No debe hacer ayunos voluntarios hasta que haya completado los días que debe de Ramadán, así que comience ayunando los días que le falta para completar Ramadán y luego haga ayunos voluntarios.

Segundo:
Si ayunas el diez y once de Muharram con la intención de compensar los días no ayunados de Ramadán, eso es permitido y compensará dos de los días que aún debes. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Alá sean con él) dijo: “Las acciones valen por su intención, y cada persona obtendrá de recompensa acorde a su intención”.

Fataawa al-Laynah al-Daa’imah, 11/401
Esperamos que obtenga la recompensa por ayunar los días que debe de Ramadán y también la recompense por el ayuno de esos días.

Fataawa Manaar al-Islam, por el Sheij Muhammad ibn ‘Uzaymin (que Alá tenga misericordia con él), 2/358.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Veredicto sobre el ayuno en Ashura

Pregunta:¿Cuál es el veredicto sobre el ayuno del Día de 'Ashura'?
Respuesta:Cuando el Profeta (sallallaahu ý el alaihi-wasallam) llegó a Al-Madinah, él encontró a los Judíos que ayunaban durante el décimo día de Muharram. Él dijo,
"Tengo más derecho a seguir a Musa (Paz sea sobre él) que vosotros." (Narró Al-Bukhari en el Libro del Ayuno).
En el Hadith de Ibn Abbas, que Allah esté complacido con él, en cuya autenticidad convienen Al-Bukhari y Muslim es declarado que el Profeta (sallallaahu 'alaihi-wasallam) ayunó durante el Día de 'Ashura y él ordenó que el ayuno fuera realizado en éste, y cuando le preguntaron sobre la virtud de ayunar en él, el Profeta (sallallaahu 'alaihi-wasallam) dijo,
''Puedo anticipar que Allah borrará los pecados del año antes de ese día, y el año después de éste"(Relatado Por Muslim en el Libro del Ayuno)
Sin embargo, después de eso, él ordenó que los Musulmanes deberían ser diferentes de los Judíos ayunando el décimo y el día antes de ese, que es el noveno o el día después de ese, que es el undécimo.
Basado en eso, es preferible ayunar en el décimo y añadir un día antes o un día después de este. Añadir el noveno día es mejor que el undécimo.
De este modo, mi hermano Musulmán, es deseable que usted ayunara en el Día de 'Ashura' e igualmente en el noveno.

Shaykh Muhammad bin Saalih al-`Uthaymin
Fatawa Arkanul-Islam- Pregunta 442 pg 676

El décimo día de Muharram (Ashura) este año equivale al 16 de Diciembre.

Ashura

Tanto judíos como musulmanes, recuerdan el día en que Al-lah salvó a Musa (Moisés), la paz sea con él, y a su pueblo en el mar Rojo de las garras del Faraón. Este día lleva el nombre de ‘Ashura’, que significa (tanto en hebreo como en árabe) “día décimo”.
Todas las celebraciones religiosas en el Islam tienen como objetivo recordar algún acontecimiento importante que nos aporta muchas y muy beneficiosas enseñanzas, las cuales aumentan nuestra fe. El objetivo de las celebraciones en el Islam no es simplemente realizar un festejo, sino que los creyentes aprendan de los ejemplos del pasado.
Cuando el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, llegó a Medinah como emigrante, ordenó a sus seguidores que ayunaran del día de ‘Ashura’, y les informó que quien ayunara ese día (con fe y para agradar a Al-lah) se le perdonarían todos los pecados menores cometidos el año anterior.


La historia de Musa (Moisés), la paz sea con él


Musa, la paz sea con él, fue un gran Profeta de Al-lah. Nació en Egipto hace aproximadamente 3400 años. Musa, la paz sea con él, era israelita y descendiente del Profeta Ibrahim (Abraham), la paz sea con él.


Antes que Musa naciera, el Faraón de Egipto, quien era un cruel tirano e idólatra, ordenó que mataran a todos los niños israelitas, porque le habían dicho que él sería asesinado por uno de ellos. Pero Al-lah, alabado sea, salvó a Musa, la paz sea con él, protegiéndolo cuando su madre lo puso en una canasta y lo dejó ir por el río Nilo para que no fuese encontrado por los soldados del Faraón.


La esposa del Faraón encontró al bebé y, como no tenía hijos, convenció al Faraón para que lo adoptaran, y así Musa fue criado en el palacio. Pero Al-lah (Alabado Sea) Hizo que la verdadera madre de Musa fuera contratada en el palacio como nodriza; y así, su madre lo alimentó desde pequeño y le enseñó la creencia en un solo Dios.


Cuando Musa, la paz sea con él, ya era adulto, mató por accidente a un egipcio que estaba maltratando a una persona débil. Por esto, tuvo que escapar muy lejos.


Musa, la paz sea con él, se quedó a vivir en Madian; allí se casó y trabajaba como pastor de animales. Un día, Al-lah le Habló desde un arbusto en llamas y le Ordenó que volviera a Egipto a liberar a los creyentes. Musa, la paz sea con él, obedeció a Al-lah sin dudar porque era musulmán (que se somete y obedece las órdenes de Al-lah), a pesar que sabía lo peligroso que era regresar a Egipto.


Musa volvió a Egipto, y junto con su hermano, el Profeta Harun (Arón), la paz sea con él, fueron a ver al Faraón para decirle que Al-lah Quería que dejara en libertad a los creyentes. Sin embargo, el Faraón era malvado y orgulloso, así que se negó y mandó a sus magos contra Musa, la paz sea con él; pero Al-lah Hizo que Musa los venciera. Los magos, al ver el poder de Al-lah, creyeron en Él, y el Faraón los hizo matar por eso.


Como el Faraón se empeñaba en desobedecer el mandato de Al-lah y no dejaba en libertad a los israelitas, Al-lah Mandó nueve plagas (castigos) contra él y su pueblo; hasta que, finalmente, el Faraón dejó ir a los creyentes. Musa, la paz sea con él, salió de Egipto con su gente y los llevó hacia el mar Rojo. Pero el Faraón era traicionero y mentiroso, así que salió en búsqueda de Musa y sus seguidores. Junto al Faraón iban sus soldados, listos para matar a Musa y a los que iban con él. Y una vez más Al-lah, alabado sea, Salvó a Musa, la paz sea con él, y a su gente, Ordenándole que golpeara el agua del mar con su bastón y el mar se abrió en dos, dejando un camino al medio por donde pasaron los israelitas. Cuándo el Faraón y sus soldados quisieron pasar, Al-lah Cerró las aguas y todos se ahogaron. Antes de morir, el Faraón reconoció que el Dios de Musa era el Único Dios Verdadero, pero ya era muy tarde; así que Al-lah Dejó que se ahogara y le Dijo, como se menciona el en Corán, que preservaría su cuerpo como ejemplo para las generaciones venideras. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): {Hicimos que los Hijos de Israel cruzaran el mar. Y los persiguieron el Faraón y su ejército injustamente, empujados por el odio. Y cuando [el Faraón] sintió que se ahogaba indefectiblemente, dijo: ‘Creo en una única divinidad como lo hace el pueblo de Israel, y a Él me someto’. [Al-lah le respondió:] ‘¿recién ahora crees, luego de haber desobedecido y haberte contado entre los corruptores? Conservaremos tu cuerpo y te convertirás en un signo para que las generaciones futuras reflexionen. Por cierto que muchos de los hombres son indiferentes a Nuestros signos’.} [Corán 10:90-92]


Las enseñanzas que nos brinda la historia de Musa, la paz sea con él
a) El poder inmenso de Al-lah. La historia de Musa, la paz sea con él, nos muestra muchos ejemplos del gran poder de Al-lah y de Su control absoluto sobre Su creación; como las plagas que envió a Egipto y el asombroso milagro de la división del mar Rojo.


b) Al-lah siempre protege a Sus siervos. Cuando Musa, la paz sea con él, era sólo un bebé, Al-lah lo protegió de la maldad del Faraón evitando que fuera asesinado. Al-lah también protegió a los creyentes de las plagas que envió a Egipto y los liberó de la esclavitud, sacándolos sanos, salvos y victoriosos de ese país, a pesar de que el Faraón hizo todo lo posible por evitarlo.


c) La idolatría siempre ha sido dañina. La historia de la humanidad nos ha demostrado que la idolatría es sinónimo de tiranía y abuso. Por ejemplo, el Faraón era idólatra, y era muy cruel y abusivo con la gente, en especial con los creyentes en Al-lah, a quienes mantenía como esclavos.


d) Para alcanzar el éxito hay que esforzarse y encomendarse a Al-lah. Para alcanzar nuestros objetivos, no solamente tenemos que pedírselo a Al-lah; sino que debemos esforzarnos por alcanzarlos. Al-lah recompensa todo esfuerzo que hagamos.


e) Los Profetas de Al-lah son seres humanos normales, a los que Al-lah distinguió con Su Mensaje y a los cuales respaldó con milagros.


f) El verdadero creyente no duda en cumplir con la ley de Al-lah. A pesar de que la misión que Al-lah le encomendó a Musa, la paz sea con él, era difícil y peligrosa, él obedeció inmediatamente; como vemos en el episodio del arbusto en llamas, donde Al-lah le ordenó que regresara a Egipto y Musa no dudó, ni por un instante, en obedecerlo.


g) Todos los Profetas de Al-lah eran musulmanes. Es decir, que habían sometido sus voluntades y deseos a la Voluntad de Al-lah. Ninguno de ellos desobedecía a Al-lah, sino que cumplían Su Palabra al pie de la letra.


h) Los Profetas se constituyen en el prototipo del creyente ideal y son un ejemplo para toda la humanidad. Desde el punto de vista islámico, se considera a los Profetas como seres humanos muy virtuosos, incapaces de desobedecer a Al-lah. Por esto, los musulmanes rechazan cualquier tipo de relato donde se intente mostrar a los Profetas en situaciones degradantes o indignas, como las mencionadas en algunos libros, considerados sagrados, anteriores al Corán.


i) El creyente debe buscar la perfección y la constancia en toda tarea que realice. Vemos esto claramente cuando Musa, la paz sea con él, le pidió a Al-lah que su hermano Harun (Arón), la paz sea con él, lo acompañara para hablar con el Faraón, ya que Musa tenía dificultades al hablar. El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: “Las acciones del creyente que más le complacen a Al-lah, son aquellas realizadas de la mejor manera y en forma constante o continua”.


j) Satanás y sus seguidores no tienen poder real sobre los siervos sinceros de Al-lah. Así, vemos que la magia, y los magos o brujos, no tienen un poder verdadero ante el designio de Al-lah. Como observamos en el caso de Musa, la paz sea con él, quien derrotó a los magos del Faraón.


k) Los más grandes tiranos de la humanidad han sido todos esclavos de sus propias pasiones y vanidades. La historia humana está llena de ejemplos de muchos tiranos que, llevados por sus propias ambiciones de poder, hicieron cosas terribles contra sus pueblos; como es el caso del Faraón, que no le importó que su gente sufriera mucho con las plagas con tal de hacer lo que quería y no ceder en su orgullo.


l) La persona debe ser sincera consigo misma en su búsqueda de Al-lah. La sociedad en la que crecemos nos enseña muchos valores negativos, los cuales podemos llegar a creer correctos debido a que la mayoría de la gente los practica; pero la verdad siempre sale a relucir al final y el verdadero creyente en Al-lah sabe que el buen camino no se consigue siguiendo a la mayoría de la gente, sino siguiendo la evidencia racional. Como vemos en el caso de los magos que se enfrentaron a Musa, la paz sea con él, que cuando vieron que el Dios Único del que Musa hablaba era real, decidieron seguirlo y se hicieron creyentes (a pesar de que habían nacido y crecido en una sociedad idólatra), porque vieron que toda la evidencia real y racional confirmaba la veracidad de Musa. De la misma manera, la esposa del Faraón creyó en lo que decía Musa, la paz sea con él, porque vio las evidencias que él traía.

martes, 14 de diciembre de 2010

La rosa y el sapo


Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. Notó que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca.
Indignada ante lo descubierto, le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo:
-Está bien, si así lo quieres. Poco tiempo después, el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. 
Le dijo entonces:
-¡Vaya que te ves mal! ¿Que te pasó?
La rosa contestó:
-Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual.
El sapo solo contestó: 
-Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada.
Dios no hace a nadie para que esté sobrando en este mundo, todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No valla a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos conscientes y nosotros la lastimemos por nuestra soberbia.

Las quejas son el lenguaje de la derrota

[¡Creyentes! ¡No os burléis unos de otros! Podría ser que los burlados fueran mejores que los que se burlan. Ni las mujeres unas de otras. Podría ser que las burladas fueran mejores que las que se burlan. ¡No os critiquéis ni os llaméis con motes ofensivos! ¡Mala cosa es ser llamado 'perverso' después de haber recibido la fe! Los que no se arrepienten, ésos son los impíos.]
(Corán, 49-11)

sábado, 11 de diciembre de 2010

Dedicado a las joyas del Islam

¡Mujer!, ¡tú eres una de las joyas del islam! Tu belleza no proviene de cuanto delgada estés, o cuanto maquillada estés, arréglate, ponte el hijab, vístete para ti, por Allah, no por nadie más, acuérdate de que así primero transmites seguridad.

¡De nada sirve! - escucha bien- si te vistes elegante y cuando te muestras a la sociedad estas con el alma dolorida, pues eso se siente. Tu belleza se refleja de adentro hacia afuera, primero arregla tu alma, tu corazón, tu conciencia y luego resplandecerás, brillaras como oro, no por haberte puesto el mejor vestido o por haberte maquillado perfectamente, sino porque en ti, mujer valiente, verán aquello que a todo ser humano deslumbra.

Te verán a ti mujer, como tal, como mujer en lugar de objeto, un ser pensante, lleno de ideas y sentimientos, un arcoíris de virtudes.
Libérate de las cadenas que te oprime expresar tus sentimientos como musulmana, no críes dependencia, tu puedes, eres mujer, Allah te ha creado fuerte, nace en ti cada día nueva vida, llevas en tu vientre el futuro, en ti mujer fue puesta la esperanza, no dejes que muera, no dejes que se desvanezca, mujer eres hermosa desde que naces, eres un ser humano. Ayudémonos a creer, a crecer y trabajar por un nuevo mundo, un mundo lleno de libertad.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Paciencia frente al adversario

No ha vencido una persona a quien le tiene envidia y a su enemigo; como quien tiene paciencia frente a él.
Y cada vez que crece el ultraje del envidioso, esto se volverá en un ejercito y fuerza a favor del envidiado, por la paciencia que este muestra; así el tirano estará luchando contra si mismo, sin darse cuenta de ello. Entonces su tiranía será como una flecha que estuviera lanzando contra si mismo, y la evidencia de esto es la palabra de Allah (SWT):

"PERO EL TRAMAR MALDAD NO RECAE SINO EN SUS PROPIOS AUTORES" [35/43]

lunes, 6 de diciembre de 2010

La niña que aprendió a sonreir

Hay muchas personas que no saben reír, les cuesta hacerlo o simplemente no tienen motivos para ello. La niña de nuestra historia tenía pocos motivos para reír, por eso nunca aprendió a hacerlo.
Por las mañanas iba a la escuela como todos los niños, pero luego a ella no la recogía nadie, sino que volvía siempre sola y tampoco volvía a su casa a disfrutar de su merienda y a jugar con sus muñecas, aquella niña se iba a un taller metalúrgico y taladraba medallas con una maquina de varias toneladas que a veces casi le aplastaba sus deditos. En aquella época el trabajo de los niños no estaba prohibido y si lo estaba nadie decía nada.
Por la noche volvía a su casa sola, y tampoco nadie la acompañaba a no ser el dolor de espalda de aquel cuerpecito aun no desarrollado que tenia que soportar un trabajo demasiado pesado.
Llegaba a su casa y cenaba una sopa de sobre y un huevo frito, mientras escuchaba los lamentos de su madre, los reproches , los gritos, mala hija, no vales lo que me cuestas, eres como tu padre, un vago, un criminal, eres mala, eres como él.
El padre de la niña era un miembro de un clan de la mafia, un contrabandista, un hombre malo, que con el tiempo también a ellas las abandonó.
La niña cenaba en silencio, escuchando los monólogos de la madre y luego se encerraba en su cuarto, intentando estudiar, a la niña le gustaba estudiar, eso le hacia olvidar su mundo y adentrarse en otros.
Cuando por fin se metía en la cama le costaba dormir, y empezaba a llorar, lloraba y lloraba hasta que no le quedaban lagrimas y luego rezaba, Oh Dios del universo, líbrame de esta situación, hazme crecer rápido, para que pueda irme de aquí, sálvame pues solo en tus manos está mi salvación.
Y había una voz que la decía: Ten paciencia, después de la dificultad viene la facilidad. Y escuchando esa voz tranquilizadora la niña se dormía.
Pero todo aquello que soportaba durante la semana no era nada al lado de lo que pasaba los sábados y domingos, los sábados y domingos venia aquel señor, entonces la cara de la madre se iluminaba, le cambiaba el carácter, ya no había de comer sopas de sobre ni huevos fritos, sino ricos manjares que aunque la madre no podía permitírselos los hacia para obsequiar a aquel señor, la niña podía comer, claro, pero el sabor de aquellos manjares se le antojaba clavos ardientes que le perforaban el estomago sabiendo lo que vendría después.
Cuando la madre no estaba o no miraba, el señor aquel le hacia a la niña unas cosas repugnantes que a la niña la hacían sentir asco de si misma, y si se lo contaba a la madre, ésta nunca la creía, la decía que era mala, que era mentirosa, que era como su padre.
Y por las noches volvía a llorar y volvía a rezar, esperando escuchar aquella voz, pero era otra voz muy distinta la que le decía: Termina de una vez, es muy fácil, encarámate a la ventana, salta, será muy rápido. Y la niña sacaba su pequeño cuerpo por la ventana, se sentaba en el alfeizar y miraba para abajo, si, realmente era muy fácil, luego miraba para arriba y veía el firmamento plagado de estrellas y se sentía pequeña, muy pequeña y se decía: Oh Dios del universo, quien soy yo para cambiar tus designios sino la mas pequeña e insignificante de tus criaturas. Oh Dios del universo, concédeme la paciencia y guíame al camino recto.
Luego recordaba la otra voz, después de la dificultad viene la facilidad, y volvía a entrar a dormir en su cama.
Y la niña tuvo paciencia, paso largos años rezando, llorando y encaramándose a la ventana, luchando entre saltar o quedarse simplemente allí, contemplando en el firmamento la grandeza del Dios del universo, y esperando, aun no sabia el que, pero deseando encontrar aquello que por fin la salvara de la maldad del mundo y del vacío de si misma.
Y llegó el día en que vino por fin la facilidad, el día en que al fin la niña que ya era mujer tuvo el consuelo, la paz y la recompensa, pues Allah, el Dios de universo le concedió la guía, el refugio, la paz y el consuelo. Le dio el inmenso regalo del Islam.
Y aquella niña, ahora mujer, se postró y dijo: Oh Dios del universo, que pocas fueron mis dificultades, que breve fue mi pena, que ligera mi carga, si era esto lo que me esperaba al final del camino.
Con los años la mujer tuvo un hijo, pero aquella mujer por primera vez en su vida pecó de orgullo, le pidió al Dios del universo un niño bueno, un niño religioso, un niño del paraíso.
El niño nació pero era un niño que no hablaba, ni sentía, ni se conectaba con el mundo, como una planta a la que solo hay que regar para que esté sana y crezca, pero de la que no se puede esperar mas reacción que la de ser un mero objeto, un niño perdido en el mundo caotico del autismo.
Y la mujer volvió a llorar como cuando era niña. Y la voz le dijo: ¿De que te quejas? ¿Acaso no pediste un niño del paraíso? Pues eso es lo que se te ha dado, un niño al que jamás se le pedirán responsabilidades, al que jamás se le juzgaran sus actos sean cuales sean, alguien que entrará al paraíso directamente y que tal vez hasta te arrastre con él y haga que se te perdonen tus muchos pecados.
Entonces la mujer se postro y dijo: Oh Allah, perdóname, pues solo tu eres el perdonador. Oh Allah consuélame, pues solo de ti viene el consuelo. Oh Allah guíame pues solo en tu misericordia encontrare la guía. Oh Allah haz mi camino fácil en esta vida y permíteme ser el mas humilde de tus siervos en el día en que no habrá mas sombra que la tuya.
Desde aquel día la mujer dejó de llorar y empezó a reír, pues cada vez que miraba a los ojos de su hijo veía en ellos la promesa del paraíso.


Que Allah nos facilite la dificultad, nos guíe al camino recto y nos conceda el consuelo del paraíso. Pues Allah concede la guía a quien quiere y a aquellos que en su desesperación y no esperando ya nada del mundo, alzaron sus ojos al cielo y le buscaron.