martes, 31 de agosto de 2010

Ilustres hijos del Islam (Que Allah esté complacido de ellos)

Veamos los ejemplos de algunos ilustres hijos del Islam. Uno de ellos fue 'Umar (radialláhu 'anhu), quien después de hacer su oración de 'ishá, solía volver a su casa y quedarse en oración durante la noche hasta que oía el adhán del fayr. También tenemos el ejemplo del piadoso jalifah 'Uthmán (radialláhu 'anhu) quien, después de haber ayunado durante todo el día, solía quedarse toda la noche rezando en saláh, además de dormir un poco durante el primer tercio de la noche. Se sabe que él recitaba el Corán completo durante la noche en el primer raka'ah.


Shaddád (radialláhu 'anhu) fue uno de los sahábah que solía permanecer despierto durante toda la noche, yendo de un lado a otro hasta que llegaba la oración del fayr. Él decía "¡Oh Alláh! El temor del fuego de Yahannam se ha llevado el sueño de mis ojos." Aswad Bin Yazid (radialláhu `anhu) luego de dormir un poco entre el magrib y el 'ishá, solía permanecer en ‘ibádah durante toda la noche en Ramadán. Ahora, veamos a un hombre como Sa'id Ibn Musáiyab (radialláhu 'anhu) de quien se decía que rezó la oración del fayr y del 'ishá con el mismo wudú por cincuenta años. También Silah Bin Ashiam (radialláhu 'anhu) quien después de haber estado rezando durante toda la noche a Alláh Tá álá, decía, cuando llegaba el amanecer: "¡Oh Alláh! Yo no soy digno de pedir de Ti el Yannah, pero todo lo que imploro de Ti es que me salves de Yahannam."

Qatádah (radialláhu 'anhu) era un hombre que terminaba la recitación completa del Qurán cada tres noches durante las primeras noches de Ramadán, pero en las últimas diez él lo rezaba completo cada noche. Se dice sobre el Imám Abú Hanifah (rahmatulláhi 'aleihi), siendo un hecho bien conocido, que él rezó la oración del 'ishá y del fayr con el mismo wudú durante cuarenta años. Cuando le preguntaron de donde obtenía la fuerza para hacerlo, él respondió: "Es la respuesta a un du'á que hice a Alláh Ta'álá por medio de la bendición de Sus especiales Nombres." Él sólo dormía un poco en las tardes, acerca de lo cual dijo: "En los ahádith se nos ha aconsejado hacer esto." En otras palabras, aún en la siesta de la tarde, solía seguir la sunnah. Este mismo Imám, mientras recitaba el Qurán lloraba tanto, que hasta sus vecinos sentían compasión de él. Una vez lloró durante toda la noche recitando una y otra vez el siguiente versículo del Qurán.

"Pero la Hora será su cita y ella será aún más terrible y más amarga"
(surah 54, La Luna: áyah 46)

Ibráhim Ibn Ad-ham (rahmatulláhi 'aleihi) llegaba al punto de no dormir en Ramadán ni de día ni de noche. El Imám Sháfi’i (rahmatulláhi ‘aleihi) solía recitar el Qurán hasta sesenta veces durante la oración en los días y noches de Ramadán.

Además de los ejemplos que hemos mencionado aquí, ha habido innumerables almas piadosas que solían comportarse cuidadosamente respecto de los mandatos contenidos en el siguiente versículo:

"Y no he creado a los genios y los hombres sino para que me adoren"
(Surah Adh-Dháriyát [51], áyah 56)

Nada es difícil para aquellos que tienen la voluntad de practicar. Estos son los ejemplos de quienes nos han precedido, pero hoy en día hay muchos que sienten la misma devoción, sirven a Alláh Ta'álá y de acuerdo a sus propios tiempos, hacen de la noche día adorándolo. Aún en estos tiempos de maldad y corrupción, hay quienes siguen el ejemplo de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam), la comodidad no los previene de ser diligentes en su devoción, ni tampoco los asuntos de la vida mundana.

El Mensajero de Alláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: Alláh Subhánahu wa Ta`álá dijo: ""¡Oh hijo de Ádam! Libera tu tiempo para Mi servicio y Te enriqueceré con independencia, Te liberaré de las necesidades y Apartaré la pobreza de ti. De otro modo Te llenaré de obligaciones y deberes y tu pobreza y necesidades no desaparecerán". Ciertamente hoy en día vemos la veracidad de esto diariamente.

Se acerca la esperada noche del decreto, "Laylatul Qadr"...

Entre las noches de Ramadán se encuentra una llamada "Lailatul Qadr", la cual es destacada por sus grandes bendiciones. El Corán Al Karim la describe como una noche que posee más bendiciones y virtudes espirituales que mil meses.


Afortunados son aquellos que obtienen la bendición completa de esta noche gastándola en adorar a Alláh Ta'álá, pues habrán obtenido la recompensa de ochenta y tres años y cuatro meses de adoración. Y aún más, significa que su virtud es mayor que mil meses. Realmente, es un gran favor de Alláh que no tiene límites para aquellos que saben apreciarlo.

Abú Hurairah (radialláhu 'anhu) narra que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Quienquiera que se levante durante la Noche del Qadr para orar y adorar a Alláh Ta'álá, con una Fe sincera y con la sincera esperanza de recibir la recompensa de Alláh Ta'álá, sus pecados anteriores le serán perdonados."
Anas (radialláhu 'anhu) narra que: "En cierta ocasión, al comienzo de Ramadán, el Mensajero de Alláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: "Un mes ha llegado a ustedes, en él hay una noche mejor que mil meses. Quien esté privado de sus bendiciones estará privado de todo bien, y ninguno está privado de su bien, excepto, quien esté totalmente perdido."

Esta necesidad y deseo debemos de crearlo, después de todo, existió una buena razón para que Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) realizara prolongadas oraciones hasta que sus pies se hincharan, incluso, a pesar de las buenas noticias y promesas que Alláh Tá álá le había dado. Nosotros decimos que somos sus seguidores.

viernes, 27 de agosto de 2010

Biografia de MUHAMMAD (SWS)

VIDA ANTES DEL ISLAM

Muhammad sala Allahu aleihim wa salam, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, fue una Misericordia de Dios enviada al mundo. Su vida brillo como símbolo de luz y guía para todo los tiempos y razas. El fue el último enviado de Dios hacia la humanidad, la cúspide en la gran cadena de los profetas. Su vida la dedicó hacia el llamado a la Absoluta Unicidad del Ser Supremo -La ilaha ila Allah, Muhammadan Rasul Allah-: No hay otra divinidad sino solo Allah y Muhammad es el enviado de Allah .

Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, nació en la ciudad de Meca, un valle rodeado de montañas (hoy Arabia Saudita), 570 años después de Jesús, la Paz sea con El. Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, fue huérfano. Su padre murió antes de su nacimiento. Fue criado en la tranquilidad del desierto de acuerdo a las costumbres árabes. A la edad de 6 años, también muere su madre Aminah, por lo que su abuelo Abdu Al-Mutalib, se hizo cargo, para luego pasar al cuidado de su tío paterno Abu Talib.

Meca era una ciudad famosa e importante, principalmente porque ahí se encontraba la Sagrada Ka'bah, el primer templo edificado por el ser humano para la glorificación de un solo Dios, reconstruida alrededor de 3.000 años antes por el profeta Ibrahim y su primogénito Ismael, La Paz sea sobre ambos.

De acuerdo al decreto Divino, Ibrahim dejo ahí a su esposa Hajjar y a su hijo Ismael. Al pasar el tiempo Meca llegó a ser la ciudad excelsa por el peregrinaje para los pueblos árabes de la región y que a más de eso surgió como ciudad de cultura y mercadeo, a través de la cual transitaban todas las rutas de las caravanas entre Siria en el norte y Yemen en el sur. Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, fue un descendiente directo de Ibrahim a través de Ismael, que perteneció a la noble y renombrada familia de Bani Jáshim.

En su niñez como pastor de ovejas, Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, correteaba sus rebaños a través de las montañas de Meca.

Como joven, Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre él, llegó a ser conocido como al-Amín, que significa el honesto, el verás, el confiable. Su tío, quien le quiso mucho, acostumbraba a llevarle en las caravanas a Siria, lo cual le enseñó a ganarse el sustento, llegando a ser un gran hombre de negocios, a pesar de que no disponía de muchos medios. La generosidad y veracidad en el carácter de Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, lo hizo ser muy querido por todos quienes lo conocían .

En Meca, una de las más honorables damas de la sociedad cuyo nombre era Hadijja, solicitó a Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, conduzca sus negocios y se haga cargo de sus caravanas. Después de trabajar algún tiempo para ella, Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, que contaba con 25 años de edad, recibe una propuesta indirecta de matrimonio de Hadijja. A pesar de que ella era mayor con 15 años a El y que había enviudado en dos ocasiones anteriores, Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, acepta su proposición.

Vivieron muchos años de felicidad en su matrimonio. Ella dio a luz dos hijos y cuatro hijas. Con tristeza sus dos hijos murieron en la infancia, sin embargo esto no detuvo para que su matrimonio sea ideal y su vida familiar sea llevada en armonía.

Un día mientras varias tribus de Meca se disputaban el honor de quien iba a colocar la piedra negra en la esquina del Ka'bah, Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, apareció y la gente le pidió un consejo para ver quien tenía el honor antes mencionado. Su sabiduría le hizo tender un manto, en el cual hizo colocar la piedra, y de sus extremos hizo levantar a un miembro representante de cada una de las tribus en disputa; todos estuvieron complacidos de participar y la disputa terminó.

Los árabes de su tiempo tuvieron buenas cualidades: eran aguerridos, generosos, leales, pero a pesar de ello, a menudo se encontraban inmersos en peleas familiares sin fin. Tenían poco respeto por los débiles, los huérfanos, las viudas, y a menudo se reunían a beber alcohol y discutir frivolidades. Debido al importante status que se le daba a los hijos varones, muchos padres practicaban la diabólica costumbre de enterrar a sus hijas mujeres vivas; pero en sí la raíz de toda esta herencia diabólica era el politeísmo. El politeísmo, adoración a varios dioses, era practicada por casi todos. El legado de la religión Monoteísta pura de Ibrahim se había disuelto en las arenas del desierto. La tradición cuenta que había alrededor de 360 ídolos y falsos dioses, que habían sido colocadas dentro y fuera de la sagrada Ka'bah a quienes se les adoraba como señores, y se les pedía como intercesores. Por ese tiempo también los seguidores de Moisés y Jesús, la paz sea sobre ambos, se habían separado de su credo monoteísta original, dejando como consecuencia muchas sectas.

En todo este contexto Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, fue una figura excepcional, quien jamás se junto a estos ritos paganos. El acostumbraba hacer sus retiros en una cueva del monte Jira en los alrededores de Meca, donde a través del rezo y entrega constante a Dios, su corazón incesante buscaba la verdad.

RECEPCIÓN DEL MENSAJE

Fue en una noche del mes sagrado de Ramadán, a la edad de 40 años que Dios Todo Poderoso hizo descender la revelación a Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, esta noche es conocida como "Laylat al-Qadr", la noche del decreto. El Espíritu de la Verdad (el ángel Gabriel) descendió con el decreto de Dios para dar luz y guía a la humanidad: El Corán; era el comienzo de una nueva era que tenía que vivir la humanidad.

La luna resplandecía mientras Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, percibía la presencia del ángel; se escuchó una voz "Lee", Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, se encontraba temeroso y responde "No puedo leer", nuevamente el ángel repite su orden "Lee", y responde "No puedo leer"; su temor le había paralizado cuando se escucha nuevamente "Lee" y Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, responde "Qué debo leer"

Iqra'bismi Rabbika al-ladhi jalaq *Jalaqa al-insana min 'alaq * Iqra'wa Rabbuka al-Akram * Al-ladhi 'alama bi-al-qalam * 'Alama al-insana ma lam ya'lam*

¡Lee en el nombre de tu Señor que ha creado!* Ha creado al hombre de un coágulo.*¡Lee, que tu Señor es más generoso! *El que enseñó por medio del cálamo *enseño al hombre lo que no sabía.

Estos fueron los primeros maravillosos versos revelados del glorioso Corán. La voz del ángel Gabriel (El espíritu de fe o espíritu de verdad) había sido enviado hacia el ultimo de los Profetas de Dios. La misión apenas había empezado para Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, quien había sido enviado como misericordia para los mundos.

Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, apenas había recibido las primeras palabras de Su Señor en el monte Hira. Acababa de bajar de la montaña, su cara iluminada, su corazón latiendo velozmente y con claro sudor en su rostro; los versos del Corán todavía estaban haciendo eco en su espíritu ¿Qué clase de visita era ésta, que clase de palabras.? Corrió a ver a Hadijja y le dijo: "Cúbreme.. cúbreme" mientras ella suavemente le confortaba durante la locución de lo que le había pasado "Siento miedo que algo me vaya a pasar", su esposa replicó ¡Nunca!. Por Allah que jamás te quitará su gracia. Tú eres de aquellos que tienen buenas relaciones con sus parientes, tú ayudas a los pobres y necesitados, sirves a tus huéspedes con generosidad, y asistes en el infortunio a la gente.

Después de algún tiempo Hadijja lo llevó a su primo un sabio escriba llamado Wuaraqah quien conocía bien el Torah y el Evangelio. Después de describirle a él lo que le había pasado esa noche, el anciano hombre sin duda afirmó con certeza que este fue un encuentro con el ángel Gabriel, quien Allah envió a Moisés: " Quisiera ser joven y vivir hasta cuando tu gente regrese a ti" dijo el hombre. El sabía que el Profeta predicho en las escrituras anteriores había arribado, así empezaba el trabajo de profecía del Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, quien iba atener influencia en el mundo para siempre. Este fue el nacimiento de una nueva era de historia de conciencia y progreso en la humanidad, el renacimiento del Islam.

El primero en creer en el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, fue su esposa, seguido inmediatamente por su amado y joven primo Ali, hijo de Abu Talib. Mucha de su propia gente mostró hostilidad, pero otros voluntariamente abrieron sus corazones y aceptaron el llamado del Islam, como su cercano amigo y compañero Abu Bakar y su sirviente Zayd. Después de un tiempo, y después que la revelación continuaba Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, fue ordenado por Allah de difundir públicamente el mensaje del Islam y recitar los versos que fueron descendidos a El.

Bismi Allahi al-Rahmani al-Rahim* Al-Hamdu lilahi Harbin al-alamin*al-Rahmani al-Rahim* Maliki yaumi al-ain* Iyyaka na'budu wa iyyaka nasta'in* Ihdina al-Sirata al-mustaqim* Sirata al-ladhina an'amta'alayhim ghayri al-mahdubi'alayhim wa la al-dalin*

En el nombre de Allah El más Clemente y Misericordioso* Las alabanzas son para Allah, Señor de los mundos* El más Clemente El más Misericordioso* Dueño del día del juicio final* Solo a Ti te adoramos, solo en Ti buscamos ayuda* Guíanos por el camino recto* El camino de los que Has favorecido* No del que son motivo de ira, ni de los extraviados.

Un día Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, subió hacia el montículo de Safa, cerca de la sagrada Ka'bah haciendo el llamado a la gente de Quraysh. Tan pronto como lo arredondearon le preguntaron ¿Que pasaba?. Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, respondió: "Decidme ¡Oh habitantes de Meca!, si les informaría que he visto un ejército en el otro lado de la colina, me creerías". "Ciertamente" contestaron todos. "Nosotros confiamos en ti y sabemos que tú nunca mientes" Entonces Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, dijo: "Sepáis que yo soy un amonestador y que os prevengo de un castigo severo..... Dios me ha ordenado que os prevenga que si sigáis así no encontraréis bien en los cielos y en la tierra". La multitud quedó paralizada y silenciosa mientras Abu Lahab el tío del Profeta respondió ¡Que perezcas!. Todos dieron sus espaldas y desaparecieron dejando solo a Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El,.

La gente escuchó estas nuevas palabras de llamado para prosternarse ante Allah y entrar a la religión de sumisión a Dios: el Islam. Inmediatamente después ellos se dividieron, muchos comenzaron a rechazar la verdad certera, después de años de conocerle a El como la persona más piadosa, insultándole y ridiculizándole. A pesar de todo eso, El nunca habló mal de todos ellos y les decía: "El que cree en Allah y en el último día debe de ser bueno con sus huéspedes. Aquel que cree en Allah y en el último día debería honrar a sus vecinos. Aquel que cree en Allah debería decir palabras buenas o callarse".

De esta forma Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, continuaba invitando al camino de Dios con paciencia a testificar que "no hay otra Divinidad digna de alabanza excepto Allah y que El, Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, era el mensajero de Allah

Qul Huwa Allahu Ahad* Allahu al-Samad* Lam yalid wa lam yulad* Wa lam yakun lahu kufuwan ahad*

Di: El es Allah, El Único* Allah el Eterno, Absoluto. El no ha engendrado, ni fue engendrado y no hay nadie comparable a El"

Mientras más llamados a testificar y someterse a la voluntad de un solo Dios, más gente parecía opuesta al llamado de Fe, pues era una sorpresa conocer que quien había sido receptor de esta revelación celestial era un hombre que no sabía ni leer ni escribir. En ese tiempo muy contados árabes en la región conocían las letras. ¿Cómo era posible la belleza de las palabra de un hombre que era iletrado?

Los jefes de las tribus de Quraysh, la gente con más influencia en Meca, decidieron realizar una reunión consultiva donde decidieron preguntarle al tío del Profeta Abu Talib para que sea el mediador entre ellos y así tratar de parar esta nueva amenaza que se veía llegar en contra de la religión y costumbres politeístas de sus ancestro.

Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, cuando escuchó esto se encontró motivado debido al afecto por su tío, pero su respuesta fue tranquila y clara: "Por Allah, si ellos me ofrecen traerme el sol hacia mi mano derecha y la luna hacia la izquierda yo nunca abandonaré mi misión hasta que Allah haga al Islam victorioso o yo perezca por El".

Paulatinamente fue creciendo el número de musulmanes bajo la guía del Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El,. El primer grupo de creyentes comprendieron el mensaje de rectitud, moralidad y sumisión del Islam; su apego a la veracidad fue una de las características que iluminó la sociedad pagana árabe de ese tiempo. Los valores materiales y ambiciones terrenales fueron súbitamente cambiadas por la perseverancia de alcanzar la luz y la sabiduría que conducirá a la paz del más allá.

Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, decía "Aquel que siga este camino del conocimiento de la verdad, Allah le hará fácil el camino al paraíso".

La persecución había empezado para los musulmanes, y aquellos pobres de escasos recursos y sin posiciones económicas fueron los que más sufrieron. Los que sufrieron fueron objeto de burlas y ataques; piedras y tierra se les lanzaba por doquier. Algunos musulmanes tuvieron que salir de Meca y abandonar sus hogares y tuvieron que buscar refugio en el país vecino de Abissynia, regentado por un gobernante cristiano.

Para aquellos que permanecieron en sus tierras la persecución fue más tenaz. Billal un esclavo negro abissynio quien aceptó el Islam fue torturado con una roca que cubría su pecho en medio del sol y la arena incandescente del desierto. Su amo le preguntaba ¿donde esta tu Dios?, mientras los incrédulos se reían de él. Esta forma de tortura no sirvió sino para fortalecer su fe en el único Dios.

Los jefes de Meca entonces adoptaron una nueva táctica por la cual forzaron al Profeta y a los creyentes a concentrarse en un solo lugar de la ciudad sin provisiones y alimentos, sin nada que comer por días y hasta semanas. Esta táctica empezó en el séptimo año de la revelación del Corán y duró por tres largos años más.

Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, doblegó a sus enemigos a través de su buen carácter y comportamiento, lo que causo la mejor de las impresiones a sus opositores, sus palabras eran siempre llenas de sabiduría; las costumbres y tradiciones de la sociedad trivial de Arabia pronto se estremecieron por el extraordinario espíritu de sus sabias enseñanzas. El decía: "Apoyen a su hermano, así él este cometiendo una equivocación o se haya equivocado". Un hombre le replicó ¡Oh! mensajero de Allah "yo puedo ayudar a mi hermano si ha sido causa de daño, pero ¿como yo puedo ayudarle a él si esta haciendo mal?. El respondió: "adviértanle y prevéngale que no cometa ningún mal, esa es la forma como debéis apoyar a vuestro hermano".

Los dones que Allah había otorgado al Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, eran excelsos. A menudo pasaba en frente de un grupo de niños y no dejaba de pasar su mano afectivamente sobre sus cabezas y a menudo hasta participaba en sus inocentes juegos, así el decía: "existen cien tipos de misericordias, de las cuales solo una ha sido enviada a los yinn (espíritus), a los humanos y reino animal; a través de este instinto afectivo se interaccionan el uno con el otro, a través de este el uno y el otro despliegan afecto y misericordia, y a través de este mismo los mayores muestran afecto a los menores, y Allah se ha reservado para el mismo noventa y nueve de sus misericordias, las cuales mostrará a Sus siervos el Día de la Resurrección".

El Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, honraba especialmente a las mujeres, por una parte el Islam mismo se encargó de elevar el estatus y la posición de la mujer a un lugar inimaginable en la sociedad de aquel tiempo, garantizándole sus derechos y libertades no vistas hasta ese entonces. El solía decir: "El paraíso yace bajo los pies de su madre"; pero sin embargo la mayoría de ellos persistían rechazándolo a través de costumbres ancestrales ignorantes.

En el décimo año de cumplir su misión el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, experimentó la más grande de las tristezas de su vida su tío Abu Talib quien lo había protegido en su niñez murió. Inmediatamente después fallece su esposa Hadijja y luego la gente Ta'if, donde El había viajado para dejar su mensaje, lo rechaza sin misericordia enviando gente malvada a que lo apedreen tanto que la sangre que corría por su cuerpo había quedado pegado a sus zapatos. Es en este momento tan dificultoso donde el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, recibe de Allah uno de los honores más grandes de su vida que sirvió para confortarlo, este fue el Viaje Nocturno y la ascensión a los Cielos.

En aquella noche especial llegó hasta el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, un ángel y lo despertó de su sueño, conduciéndole hacia la montura de una criatura llamada al-Buraq que lo transportó a la velocidad de la luz desde Meca hasta la mezquita sagrada de al-Aqsa (Jerusalén).

Aquí en este lugar bendito el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, se encontró con la multitud del resto de hermanos profetas, a los cuales los lideró en el rezo y alabanzas a Allah.

Desde ahí el ángel Gabriel lo ascendió a través de los siete cielos para que testifique los misterios no vistos del universo; así como también para ser testigo de los grandes signos de Allah; de acuerdo a la tradición el Profeta dijo: "Cuando Yo entré al cielo más bajo, Yo vi a un hombre sentado allí, este era el Profeta Adam (LPSCE), en el segundo cielo pude saludar con los Profetas Yahya (Juan) e I'sa (Jesús) (LPSCE), luego encontré al Profeta Yusuf (José) (LPSCE), en el tercer cielo y salude con él. En el cuarto cielo estaba el Profeta Idris (Enoc) (LPSCE) y mientras seguía ascendiendo cada ángel guardián de los cielos preguntaba a Gabriel ¿Quién es El? Y respondía es el Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, que fue llamado por Dios y cada ángel daba la bienvenida y abría la puerta para entrar. Así en el quinto cielo salude con Harun (Aarón) (LPSCE), luego pase al sexto cielo y salude con el Profeta Musa (Moisés) (LPSCE) y en el séptimo y último cielo encontré al Profeta Ibrahim (Abraham) (LPSCE), entonces el ángel Gabriel me llevó hasta los bordes de Sidrat al-Muntaha, cubierto con velos de colores misteriosos e indescriptibles donde se encontraba Bait al-Mamur, y el ángel dijo que ya no puede seguir porque es prohibido para todo ser." Allí el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, es saludado por el Creador, quien después de un breve diálogo, le ordena bajar a su pueblo y establecer cincuenta rezos diarios. A través de la Misericordia de Allah los rezos quedaron reducidos a los cinco rezos actuales (segundo pilar más importante del Islam) que equivalen a los cincuenta originales.

LA MIGRACIÓN

El Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, había llegado a la cúspide de las revelaciones Divinas, fue en esta noche suprema en la que fue elevado en cuerpo y alma donde recibió de Allah el Altísimo, la orden de establecer el segundo pilar del Islam: los cinco rezos diarios otorgándoles así la tierra entera como lugar de prosternación y oración para los musulmanes. Este pasaje es conocido como al-Isra' wa al-Mi'rash, el Viaje Nocturno y la Ascensión.

La mañana siguiente a su retorno, después de escuchar este milagroso viaje los incrédulos aprovecharon la oportunidad para reírse del Profeta a quien lo catalogaron de una persona que no estaba en sus cabales, que era un mentiroso. La persecución contra los creyentes se incrementó de una forma incontenible de tal forma que constantemente se encontraban en peligro de muerte; así, el Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, se preparaban para dejar Meca.

Una delegación de aquellos que habían abrazado el Islam desde la ciudad de Yathrib, 250 millas de allí, ofrecieron sus hogares e invitaron a todos los musulmanes a vivir en paz y tranquilidad en esa ciudad. El Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, aceptó; este pasaje se lo llama Hégira o Migración. Este fue un momento especial en la historia del Islam, donde comienza el calendario islámico, este era el nacimiento del primer estado islámico, así, Yathrib se la llamó "la ciudad del Profeta - Madinat al-Nabi ".

El Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, dejo la ciudad de Meca después de trece años de constante invitación al Islam a los árabes paganos de la región. En este nuevo asentamiento junto con los fieles establece la comunidad musulmana en la ciudad de Madinat (Medina), donde empieza la segunda fase de su misión enviada por Allah.

Desde Medina el Islam resplandecería bajo la dirección del Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El,. Un nuevo orden de justicia social estaba por nacer, su base fue la mezquita. Aquí la visión de la practicidad del credo islámico debía tomar forma en todos los niveles, para toda la gente del mundo, para todas las razas; aquí en Medina tomo forma la primera constitución o lo que se llama ahora la primera carta de los derechos humanos y libertades donde se garantizaba:

Libertad de conciencia y adoración tanto para musulmanes como para no musulmanes.

Seguridad y protección de cualquier invasión o ataque.
Justicia y abolición de crímenes y prácticas inmorales.

En aquellos que han creído, han migrado y peleado por al causa de Allah, así como aquellos (huéspedes) que ayudaron a aquellos migrantes. Estos son los verdaderos creyentes. Para ellos habrá el perdón (de Allah) y generosas provisiones.

La caridad era una de las características principales que conformaba esta nueva sociedad islámica, por el contrario, el odio, el egoísmo y los malos sentimientos pasaron a ser totalmente extraños ya que la compasión y los buenos sentimientos de hermandad los pasaron a reemplazar.

El Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, dijo: "Hacer justicia entre dos personas es caridad, así como contestar una pregunta con delicadeza es caridad; remover obstáculos del camino (piedras, palos) es caridad, sonreír a tu hermano es caridad".

Una vez un hombre llegó ante el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, para reclamar acerca de un carnero, había un gran número de estos animales entre dos montañas entonces el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, ordenó darle todo el rebaño, cuando el hombre regreso a su pueblo dijo " Oh gente abrazad el Islam, por Allah que Muhammad es tan generoso y no teme a la pobreza".
Otros dos importantes pilares del Islam se establecieron en Medina Los musulmanes debían pagar el Zakat (contribución económica del que tiene para el pobre o el necesitado). El otro pilar fue el Ayuno durante el mes de Ramadán.

Durante este lapso el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, volvió a contraer nupcias. El fue propuesto para matrimonio por muchas personas, pero a parte a A'isha la hija de Abu Bakar, sus esposas fueron principalmente viudas de musulmanes que murieron mártires en batallas, sin embargo se supo que El tenía un especial afecto por su primera esposa Hadijja.

Para aquel entonces se asentaban en la región algunas tribus judías, con quienes los musulmanes sentían cierta afinidad por ser llamados, "la gente del Libro"; ya que la venida del Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, había sido predicha en el Taurath o Pentateuco entregado a Moisés

"Yo les haré que salga de en medio de sus hermanos, un Profeta como Tú; pondré en su boca mis palabras y les comunicará todo cuanto le ordene" (Deuteronomio 18,18)

¿Quién más podía ser llamado en el Antiguo Testamento Hermanos de los hijos de Israel? Sino solo los hijos de Ismael.

¿Quién más similar al Profeta Moisés que el Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El,?
Ambos fueron esposos, sus nacimientos fueron comunes de padre y madre, fueron rechazados por sus propios pueblos, trajeron nuevos compendios de leyes divinas, fueron jefes de estado, tuvieron que combatir para vencer la idolatría y terminaron sus días en una forma normal como todo hombre.

De acuerdo a las enseñanzas de I'sa (LPSCE), también predice la venida del Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, en Juan (16:7 ; 16:13)

"En verdad os digo que si Yo no me voy, el Confortador no vendrá a vosotros, pero si Yo me voy lo enviaré a vosotros.... El os guiará a vosotros hacia la verdad; porque el no hablará por si solo, sino lo que El escuche El os participará"

Hasta este punto de la historia los musulmanes habían rezado con dirección a Jerusalén; ahora los creyentes fueron ordenados de cambiar esta dirección hacia la Ka'bah, la mezquita sagrada en Meca. Este cambio histórico de la dirección del rezo a los musulmanes simbolizaba la distinción y el honor que fueron receptores los nuevos musulmanes ya que estos regresaban hacia la verdadera fe monoteísta pura de Abraham, así los rezos tenían que realizarse hacia el primer templo erigido por El para la elaboración de un solo Dios

Los jefes de los clanes de Meca continuaban determinantes en hacer sucumbir este movimiento, es así, que deciden atacar la ciudad de Medina. Ahora las cosas son diferentes y Allah Altísimo Sea, otorga el derecho a los creyentes de defenderse, repeler el estado de persecución, maltrato y torturas.

"A quienes luchen por haber sido víctimas de algunas injusticias, les está permitido luchar y verdaderamente Allah tiene poder para ayudarles" Sura de la peregrinación (22:39)

En el segundo año de la Hégira se da la batalla de Badr en el mes de Ramadán, la gente incrédula de Meca atacó con un ejército de más de mil hombres encontrándose en una superioridad de aproximadamente 3 a 1 sobre los creyentes. Por la gracia de Allah, el resultado fue una espectacular victoria de los musulmanes; algunos de los jefes de los clanes de Meca fueron muertos, otros fueron tomados prisioneros; es aquí que por primera vez en la historia de la humanidad los cautivos de guerra son tratados de una forma humanitaria.

El siguiente año se da la batalla de Uhud, en la que se decide tomar la revancha para terminar definitivamente con los musulmanes y es así como los Quraishíes se valen de ciertos judíos e hipócritas infiltrados en las filas de los creyentes. A través de una maniobra envolvente por parte de los Mequíes y por desobediencia a las ordenes del Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, el ejército musulmán es casi exterminado en esta ocasión.

En el quinto año de la Hégira se da la batalla de las trincheras en la cual más de diez mil incrédulos de Meca lanzan un ataque sobre Medina; sin embargo, la inmediata información de inteligencia de Salmán al-Farsi, se torna decisiva para elaborar trabajos de fortificación del terreno en forma de trincheras alrededor de la ciudad, que detuvo el avance del ejército agresor. El temor, la intriga cundió en sus corazones y los incrédulos tuvieron que retroceder, esta fue una de las más grandes victorias del Islam que marcó un hito de gloria y Medina no volvió a ser atacada de nuevo.

En el sexto año de la Hégira se firmó un tratado de paz entre los incrédulos de Meca y las autoridades de Medida liderada por el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El.

A pesar que muchas de las cláusulas se encontraban a favor de los Qurayshies de Meca, este constituyó otro triunfo para el Islam, a este episodio se lo llamó el tratado Hudaybiyah. En el período subsiguiente se sintió la paz en donde se dio oportunidad a muchos no musulmanes de ver por ellos mismos las bendiciones que Allah otorgaba a esta nueva forma de vida llamada el Islam. Como resultado un gran número de Mequíes de la tribu de Quraish abrazaron el Islam.

Un día un hombre llegó de un lugar lejano ante el Mensajero de Allah, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, para preguntar acerca del Islam. El Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, respondió: "tienes que rezar cinco veces por un día y una noche". El hombre preguntó "¿Alguna otra cosa más?". El Profeta respondió "No, pero si tu quieres ofrecer rezos extras lo puedes hacer. Entonces el continuó "tienes que ayunar durante los días del mes del Ramadán. El hombre volvió a preguntar ¿Hay algo más que ayunar?. El respondió no pero si quieres ofrecer extra ayuno lo puedes hacer. El Profeta continuo diciendo tienes que pagar el Zakat (contribución económica) el hombre preguntó ¿alguna otra cosa más que pagar después del Zakat?. El Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, respondió no a menos que quieras dar caridad por tu cuenta. A este punto el hombre dijo "Por Allah nunca daré menos, tampoco haré más de lo establecido" El Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, remarcó " si este hombre es verás con lo que dice entonces será uno de los triunfadores".

Durante este período también el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, envió varias cartas de invitación para abrazar el Islam a los reyes, emperadores, régulos y gobernantes de todas las naciones aledañas conocidas, un par de ellas inclusive fueron enviadas a las dos grandes superpotencias de esa época, Persia y Bisancio (Roma). El emperador de este último llamado Heráclito (César) estaba en su camino hacia Jerusalén cuando recibió la carta con el sello del Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, en la que decía:

De: Muhammad, mensajero y siervo de Allah
Para: Heráclito, César (de Roma)
La paz con aquel que sigue el camino correcto

Yo os invito a seguir el camino del Islam, aceptadlo por vuestra salvación.

Si aceptáis el Islam, Allah os protegerá y recompensará con creces.

Si lo rechazáis, la responsabilidad por las transgresiones de la nación entera, será vuestra. Serás contabilizado por lo que pase con Arrio (obispo Unitario) y sus seguidores.

¡Oh Gente de las Escrituras! (Gente que ha recibido la revelación divina: ej.:Cristianos):

Dejad a un lado todos los problemas y diferencias. Acordemos en algo que no tiene controversia (duda) entre nosotros, ni vosotros, y esto es que no adoréis a nadie más sino a Allah (Único Absoluto y Soberano Dios), que no le asociemos nada en su adoración (no cometer politeísmo) y no busquéis otro sustento, sino de El.

Si rechazáis esto, al menos vosotros testificaréis que nosotros creemos en la Absoluta Soberanía de Allah, bajo toda circunstancia.

Sello: Muhammad
Mensajero de Allah

"Di: ¡Gente del Libro! Venid a una palabra común para todos:

Adoremos únicamente a Allah, sin asociarle nada y no tomemos unos a otros por señores en vez de Allah.

Y si vuelven la espalda decid:¡Sed testigos de que somos musulmanes!" (3:64)

A pesar que este reconoció que este era un Profeta esperado y predicho en las antiguas escrituras, su sentimiento fue de lealtad para con sus jefes inmediatos y cortesanos en rechazar el mensaje

LA APERTURA DE MECA

El mensaje del Islam iba tomando fuerza y crecía con mucha rapidez, para entonces, y después de dos años del tratado, los Quraishíes lo violaron y el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, decide marchar sobre Meca con un ejército de diez mil hombres. Es la primera vez en la historia de la humanidad que una ciudad entera es tomada sin derramar una sola gota de sangre. La entrada del Profeta a la ciudad fue montado sobre su camello, con la cabeza hacia abajo en señal de humildad, magnánimo ante la victoria, sus enemigos lo miraban con temor, pero la respuesta del Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, fue de perdón, incluso a sus más acérrimos contrincantes. El Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, proclamó una amnistía general, este era un día de victoria para el Islam; y el capítulo final de la vida del Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, estaba por empezar.

Mucha de la gente de Meca, al ser testigo de la forma piadosa como el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, los trató, voluntariamente y sin presión decidieron aceptar el Islam. Inmediatamente después el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, se dirigió hacia la Sagrada Ka'bah donde fueron destruidos trescientos sesenta ídolos y falsos dioses que las tribus árabes habían adorado por mucho tiempo; así se pone fin al estado de idolatría en toda la península Arábiga.
La Sagrada Ka'bah erguida por Adán en el inicio de los tiempos y reconstruida por Abraham y su primogénito Ismael fue totalmente purificada para ahora ser templo de adoración de la Absoluta Unicidad de Allah.

"El es Quien ha enviado a Su mensajero con la guía y la verdadera práctica de Adoración para hacerla prevalecer sobre todas la demás, por mucho que les pese a los asociadores" (61:9)

Habían pasado ya 21 años del noble trabajo del Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, en hacer el llamado para abrazar el Islam, y que la humanidad entera reconozca la Trascendencia de un solo Dios.

Medina llegó a ser la capital del nuevo estado islámico, delegaciones de todas partes de Arabia llegaban a abrazar el Islam en las manos del Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El. Adicionalmente El envió varios grupos de creyentes a diferentes provincias y territorios conocidos para hacer llegar su mensaje de sumisión al Creador. A pesar que en las postrimerías de su vida casi toda Arabia y sus territorios aledaños entraron al Islam, bajo su liderazgo, El continuó viviendo como un humilde siervo del Altísimo, tanto así que El mismo sabía remendar sus sandalias , coser sus ropas y servir a su familia como un hombre ordinario.

Diez años después de la Hégira el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, se encontraba cerca de su final terrenal, este era el año en que hizo su peregrinación y en un momento sublime bajo el sol radiante del desierto, en las planicies del monte Arafat, el Profeta, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, dio su último sermón que decía así:

Después de todo esto, ¡Oh Pueblo!, escuchadme atentamente lo que os digo porque no creo que tendré la oportunidad de reunirme con ustedes después de este año.

¡Oh Pueblo! Sus vidas y pertenencias han sido declaradas inviolables hasta que retornen al Señor, como también ha sido declarado sagrado este mes, este día y esta ciudad.

Asegúrense de que han comprendido mis palabras. ¡Oh Allah, se testigo de ello!.

A quién se le haya dejado cuidando alguna pertenencia, que la devuelva a su dueño.

El interés de los préstamos contraídos durante la era de la ignorancia (Yajilía) queda cancelado, primero anuncio la cancelación de todo interés adeudado a mi tío Abu Talib.

Toda venganza pendiente por derramamiento de sangre de familiares, desde hoy queda anulada, primero queda anulado el reclamo de venganza de Rabia bin Haris Abdul Muttalib.

Todos los puestos y títulos de la época de la ignorancia quedan abolidos con excepción del puesto de Sadana (celador de la Ka'bah) y del puesto de Saqaya (proveedor del agua a los participantes del Peregrinaje).

El asesinato premeditado será castigado.

La muerte causada accidentalmente ya sea a palos o pedradas, la pena es de cien camellos o su equivalente. Quien incremente la cantidad será considerado como perteneciente a la época de la ignorancia.

¡Oh Pueblo! Después del establecimiento del régimen de la verdad, Satanás ha perdido la esperanza de ser venerado en esta tierra. Pero estará contento en ser obedecido al cometer pecados que ustedes consideren menores.

¡Oh Pueblo! La intercalación de los meses es una innovación de los herejes mediante el cual se ahondan más el camino de la perdición: el mes que este año declaran santo, es declarado prohibido el próximo, es así como manipulan a su favor los meses declarados Prohibidos por Allah.

Ciertamente el mundo de hoy ha regresado a la etapa primitiva cuando Allah creo los cielos y la tierra.

Ante Allah el número de meses en el año es de doce y cuando Allah creó los cielos y la tierra este número de meses fue registrado en Su Libro y ahí permanece. De esos doce cuatro son sagrados, tres de ellos se suceden uno al otro: Dul-Quida, Dul-Jichcha y Muharran y el otro separado Rayab, que se encuentra entre Jumad II y Shaban.


Asegúrense que han comprendido mis palabras. ¡Oh Allah! Sé testigo de ello.

¡Oh Pueblo! Sus mujeres tienen ciertos derechos sobre ustedes y a ustedes se les ha conferido derechos sobre ellas. Es obligatorio para ellas impedir que alguien entre en su recámara con excepción del esposo y de impedir que una persona que no es del agrado del esposo entre en la casa. Que nunca cometan adulterio. Si lo hacen, Allah permite separarse de ellas, mantenerlas alejadas de la recámara y castigadlas con una pena que no deje marcas en sus cuerpos. Si desisten y obedecen, es responsabilidad de ustedes mantenerlas. Ciertamente las mujeres están bajo su cuidado y no pueden actuar libremente. Ustedes las han tomado como compañeras, cómo un regalo de Allah (y mantienen su cuerpo con la anuencia de El); de manera que témanle a Allah cuando traten con ellas y guíenlas correctamente.


Asegúrense que han comprendido mis palabras. ¡Oh Allah sé testigo de ello!.

¡Oh Pueblo! Los hombres de fe son hermanos uno del otro. Hacer uso de la propiedad de uno sin su permiso queda terminantemente prohibido.
Asegúrense que han comprendido mis palabras ¡Oh Allah sé testigo de ello!
De manera que después de mí, ni retornen a la idolatría ni se maten unos con otros.

Les dejo algo que mientras lo sigan nunca se descarriaran y ese algo es el Libro de Allah (El Corán).

Asegúrense que han comprendido mis palabras. ¡Oh Allah sé testigo de ello!

¡OH Pueblo!. Vuestro Dios es Único, y tu progenitor también fue uno. Ustedes son todos descendientes de Adán, quién fue creado del barro. El más respetado de ustedes ante Allah, es aquel que más Le teme.

Ningún Arabe tiene preferencia sobre un no Arabe, como tampoco lo tiene quién no es Arabe sobre el Arabe, la preferencia, de existir, tiene que ser sobre la base del temor de Allah.

Asegúrense de haber comprendido mis palabras ¡Oh Allah, sé testigo de ello!.

Ustedes serán interrogados sobre mí. "¿Díganme cómo contestarán?. "

Los allí presentes respondieron: "Reiteramos que Tú nos has entregado el mensaje. Reiteramos que Tú desempeñaste a cabalidad la responsabilidad de instruir al pueblo. Quitaste las cortinas que cubrían la verdad y fielmente cumpliste la responsabilidad que Allah te entregó ".

¡Oh Allah! Sé testigo. ¡Oh Allah! Sé testigo. ¡Oh Allah! Sé testigo.

Los aquí presentes deben informar estas cosas a los que están ausentes. Probablemente los ausentes recordaran más cuidadosamente las cosas que he dicho que los que están presentes.

¡Oh Pueblo! Allah ha asignado una porción específica de herencia a cada heredero. Dejar como herencia más de la tercera parte de su propiedad (la herencia que ha dejado el difunto) queda prohibido.

El hijo pertenece aquel en cuya cama nació (del matrimonio) y el adúltero/ra que se encuentren casados deben ser apedreado (pena de muerte).

Aquel que señale a otro como su padre sin serlo, como aquel esclavo que señale un amo sin ser su amo, se encontrará con la maldición de Allah, de los Ángeles y todos los hombres, más su arrepentimiento no será aceptado en el Día del Juicio Final.

¡Que la protección y la bendición de Allah descienda sobre todos vosotros!.

Hoy os he completado vuestra práctica de Adoración, he culminado Mi bendición sobre vosotros y os he aceptado complacido el Islam como práctica de Adoración. (5:3)

A pocos meses de este acontecimiento a la edad de 63 años, Allah el Todopoderoso retomó su alma. El Profeta Muhammad, Paz y Bendiciones de Allah sobre El, falleció en su casa, de Medina dejando muy pocas pertenencias, habiendo tenido el mundo a sus pies, no tenía ni un "dinar" a su nombre. A pesar de todo ello el espíritu de su mensaje permanece claro y vívido hasta hoy en día, para que el hombre testifique el milagro de su vida y sumisión, la belleza y la perfección del llamado de paz: EL ISLAM.


LA ILAHA ILA ALLAH, MUHAMMAD RASULU ALAH
No hay otra divinidad solo Allah y Muhammad es el enviado de Allah

miércoles, 25 de agosto de 2010

El Sagrado Koran

Muhammad, el Mensajero de Allah

Muhammad, el Mensajero de Allah

Contexto histórico

Muhammad, que Allah le bendiga y le dé paz según el número de todos aquellos que confían en él, y de todos los que le niegan, desde el día de su nacimiento hasta el dia en que la Verdad sea desvelada, era hijo de Ab dullah, hijo de Abd al-Mutalib, hijo de Has him, de la tribu de Quraysh, descendiente de Ishmail, hijo de Ibrahim.

Nació en Meca, cincuenta y tres años antes de la Hégira. Su padre murió antes de su nacimiento, y su madre, Amina, cuando aún era niño.

Encontró un protector en su abuelo, Abd al-Mutalib, y a la muerte de éste, en su tío Abu Talib.

Su infancia y juventud fueron muy senci llas. No recibió una educación formal, y se ocupaba del rebaño de ovejas y cabras que su familia poseía en las colinas cercanas a Meca.

En cierta ocasión acompañó a su tío en una caravana que se dirigía a Siria, y en el transcurso del viaje encontraron a un ermitaño cristiano llamado Bahíra, quien anunció a Abu Talib que su joven sobrino sería el Profeta de su pueblo.

A los veinticinco años volvió a realizar el mismo viaje, en esta ocasión como mercader al servicio de una acaudalada viuda llamada Jadiya. A consecuencia de su éxito en este viaje, y después de oír referencias acerca de su excelente carácter, ella se casó con su joven agente.

Vivieron juntos veintiséis años, fué madre de sus hijos y le apoyó durante los difíciles años en que intentaba extender el Islam entre las gentes de Meca.

Muhammad acostumbraba a retirarse todos los años durante el mes de Ramadán a una cueva de un monte cercano a Meca.

Cuando tenía cuarenta años, casi al final de este mes, oyó durante la noche una voz que le decía: '¡Lee!'. Respondió: 'No sé leer'. De nuevo dijo la voz: '¡Lee!'. Y de nuevo respon­dió sobrecogido: 'No sé leer'. Por tercera vez, la voz le ordenó: '¡Lee!'. '¿qué debo leer?', respondió. La voz le dijo: 'Lee en el Nombre de tu Señor que te ha creado. El creó al hombre de un coágulo'.

Este fué el comienzo de la Revelación del Qur'an, que continuó de modo intermitente hasta poco antes de su muerte, veintitrés años más tarde. La voz le dijo que él era el Mensajero de Allah, y al levantar sus ojos, vió a Yibril: el cauce por el que la Revelación le era transmitida desde el Creador del Universo.

Su primer pensamiento fué que se había vuelto loco, pero fué confortado por su mujer, Jadiya, y gradualmente, a medida que la Revelación continuó, su incertidumbre desapa­reció y aceptó la ingente tarea de ser el Mensajero del Señor de la creación.

Durante los tres primeros años que siguieron a este suceso, sólo los más próximos a él conocieron lo ocurrido. Jadiya, su hijo adoptivo 'Ah, su esclavo liberto Zayd y su amigo Abu-Bakr, fueron los primeros en aceptar lo que decía y en seguirle.

Por aquel entonces, recibió el mandato de 'salir y advertir, y así comenzó a hablar abier­tamente a las gentes de Meca. Les hizo comprender la estupidez de adorar ídolos a la vista de las claras pruebas de la Unidad Divina, manifiestas en la Creación.

Los clanes de la tribu de Quraysh, al ver amenazada su forma de vida, respondieron hostilmente y empezaron a maldecirle y a per seguir a sus seguidores.

A pesar de todo, el número de musulmanes iba en constante aumento, y los quraishitas trataron de detenerle con sobornos, llegando incluso a ofrecerle él que fuera su rey si llegaba a un compromiso con ellos y dejaba de atacar a sus falsos dioses. Con su palabra y su ejemplo, estaba minando y poniendo en peligro la estructura social y la base de su riqueza. Además, el Islam se vió fortalecido cuando Umar Iba al-Jattab aceptó al Profeta. Era éste uno de los más fuertes y respetados de la Quraysh y hasta aquel momento había sido uno de los más acérrimos enemigos del Islam. La Quraysh, dominada por su frustración y rabia, confinó durante tres años en un barranco a todo el clan del Profeta, prohibiendo toda relación con ellos.

Durante este tiempo, murieron su mujer Jadiya y su tío y protector Abu Talib, y asimismo fracasó un intento de llevar el Islam a la vecina ciudad de Taif. Fué precisamente en este punto muerto cuando se produjo el Miraj.

Muhammad fué llevado a través de los siete cielos y le fué mostrada la verdadera natu­raleza de su ser y el honor que recibía de su Señor, la Realidad Divina.

Al poco tiempo, un pequeño grupo de hombres de una ciudad llamada Yazrib le es­cucharon durante un viaje que hicieron a Meca. Le aceptaron como Profeta y regresaron a su ciudad con un maestro musulmán. Al año siguiente, volvieron con setenta y tres nuevos musulmanes e invitaron al Profeta a visitar Yazrib. Desde entonces, los musulmanes co menzaron a asentarse en ésta y a abandonar Meca, hasta que el Profeta, después de evitar un atentado contra su vida, viajó con Abu Bakr hasta Yazrib, ciudad que recibió el nuevo nombre de Al-Madinat al-Munawwara, la Ciudad Iluminada. Este acontecimiento es conocido como la Hégira, y señala el comienzo de la comunidad musulmana.

Desde este momento, el Profeta recibe de su Señor el mandato de luchar contra sus enemigos, aunque hasta entonces no se habían tomado medidas de auto-defensa. Las primeras expediciones fueron muy pequeñas y en ellas casi no se produjeron luchas. En el segundo año de la Hégira, los quraishitas enviaron un ejército de mil hombres con el pretexto de proteger una caravana procedente de Si ria. El Profeta reunió un ejército de algo más de trescientos hombres, y los dos bandos se en contraron en un lugar llamado Badr.

Los musulmanes, mandados por el Profeta, con una confianza total en Allah en sus co­razones y el apoyo del mundo angélico, ven cieron completamente, y mataron a muchos de los jefes de la Quraysh. La enemistad de la Quraysh siguió aumentando, pero el Islam ya poseía una sólida base.

Al siguiente año, la Quraysh envió un ejército contra Medina, y los musulmanes se en­contraron con ellos en la montaña de Uhud, a poca distancia de la ciudad. A pesar de su desventaja, los musulmanes podían haber lo grado la victoria, pero el afán de hacerse con botín llevó a un grupo de arqueros a abando nar sus posiciones, y a causa de ello fueron derrotados. Esta derrota motivó el asesinato de musulmanes que viajaban para extender el Islam, y también una abierta hostilidad por parte de los judíos de Medina, apoyados por elementos descontentos dentro de la comunidad musulmana.

En el quinto año de la Hégira, la Quraysh atacó de nuevo Medina, en esta ocasión con diez mil hombres. El Profeta había organiza do la excavación de un profundo foso para la defensa de la ciudad y el encuentro se hizo fa moso como 'la Batalla del Foso'. Las tropas de Meca se vieron incrementadas por una tribu de judíos de Medina, pero sin embargo, con fundidos por el foso, descorazonados por la sospecha hacia sus aliados judíos y por un viento enconado que estuvo soplando durante tres días y tres noches, recogieron el campa mento y se marcharon sin presentar batalla. La tribu judía fué severamente castigada por su traición.

Ese mismo año, el Profeta decidió llevar a Meca una compañía de mil cuatrocientos hombres para hacer el Hajj. Acamparon en AI-Hudaybiya, justo a las afueras de la ciu­dad, pero se les prohibió la entrada. La Quraysh mandó embajadores, y el Profeta firmó un pacto aparentemente poco ventajoso para los musulmanes, y éstos regresaron a Medina sin entrar en la Ciudad Santa. Sin embargo, este pacto que detuvo la lucha entre la Quraysh y los musulmanes, resultó de hecho una gran victoria, y el Islam se propagó desde en tonces con más rapidez que antes.

Según los términos del acuerdo, la Quraysh convenía en evacuar Meca al año si guiente durante tres días, mientras los musul manes visitaban la ciudad y hacían Umrah. Esta fué la primera vez que el Profeta y sus compañeros visitaban Meca después de siete años.

Ese mismo año, el Profeta decidió llevar a Meca una compañía de mil cuatrocientos hombres para hacer el Hajj. Acamparon en Al-Hudaybiya, justo a las afueras de la ciu­dad, pero se les prohibió la entrada. La Quraysh mandó embajadores, y el Profeta firmó un pacto aparentemente poco ventajoso para los musulmanes, y éstos regresaron a Medina sin entrar en la Ciudad Santa. Sin embargo, este pacto que detuvo la lucha entre la Quraysh y los musulmanes, resultó de hecho una gran victoria, y el Islam se propagó desde en tonces con más rapidez que antes.

Según los términos del acuerdo, la Quraysh convenía en evacuar Meca al año si guiente durante tres días, mientras los musul manes visitaban la ciudad y hacían Umrah. Esta fué la primera vez que el Profeta y sus compañeros visitaban Meca después de siete años.

Al año siguiente, el Profeta mandó un ejército de tres mil hombres a enfrentarse a un ataque del Emperador bizantino en Siria. Atacaron valerosamente a cien mil hombres, luchando hasta que tres jefes cayeron muer tos. Los pocos supervivientes se retiraron y re gresaron a Medina. Por entonces, la Quraysh rompió el acuerdo, y el Profeta, con un ejérci to de diez mil hombres, atacó Meca. Toma ron la ciudad sin derramamiento de sangre y el Profeta declaró una amnistía general. Per donó a aquellos que tanto le habían perseguido desde el comienzo del Islam. Estos se hicie ron musulmanes y la única destrucción fué la de los ídolos alrededor de la Ka'aba. El Profe ta se dedicó entonces a someter al resto de las tribus hostiles, venciendo en la batalla de Hu nayn y poniendo cerco y tomando la ciudad de Taif, cuyos habitantes le habían rechazado diez años antes.

En el noveno año de la Hégira, los musulmanes fueron probados por Allah. El Profeta pidió a todos los musulmanes que le acompañaran en una expedición a un lugar llamado Tabuk durante el período más caluroso del año. Algunos le acompañaron y otros se que daron. La expedición regresó sin haber lucha do. Ese mismo año se hizo famoso como 'el Año de las Delegaciones', pues vino gente de toda Arabia a jurar fidelidad al Islam y al Profeta.

En el décimo año de la Hégira, el Profeta condujo el Hajj de despedida, al que asistie ron ciento cuarenta mil musulmanes. En un discurso en el monte Arafat les recordó los de­beres del Islam, y que serían llamados a res ponder de sus actos, y entonces les preguntó si había expuesto con claridad su Mensaje. La respuesta fué: '¡Si, por Allah!', y él añadió:

'¡Oh Allah, tú eres testigo!'. Poco después de su regreso a Medina, enfermó y murió con la cabeza sobre el regazo de Aisha, su esposa más amada.

Durante los últimos diez años de su vida, dirigió veintisiete campañas, en nueve de las cuales hubo intensas luchas. Supervisaba per sonalmente cada detalle de la administración y juzgaba él mismo en cada caso, siempre ac cesible al que solicitaba su atención. Destruyó la adoración a los ídolos y sustituyó la arrogancia y violencia de los árabes, su inmoralidad y embriaguez por la humildad y la compasión, la armonía y la generosidad, creando una sociedad realmente iluminada como no ha existido otra, la comunidad de los compañe ros del Sello de los Profetas, el último Mensa jero, el esclavo de su Señor: Muhammad.

Caracter

Muhammad, que Allah le bendiga y le dé paz según el número de las cosas hermosas y según el número de las buenas cualidades manifestadas en los hombres desde el comienzo del tiempo hasta el final del tiempo, parecía, cuando estaba Solo, un hombre de mediana estatura. Pero cuando se encontraba con otros, ni empequeñecía a aquellos más bajos que él, ni parecía más bajo que los que eran más altos. Estaba bien proporcionado, con un pecho amplio y anchos hombros, y sus miembros eran fuertes y bien proporcionados. En su espalda, entre sus omóplatos, y más cerca del derecho que del izquierdo, tenía el sello de la profecía: un lunar negro rodeado de pelillos.

Su rostro era ovalado, de tez blanca, con un ligero tinte moreno. Su frente era despeja­da y tenía unas cejas muy largas y arqueadas con un espacio entre ellas donde se señalaba una vena que palpitaba en momentos de gran emoción. Sus ojos eran negros y separados. Tenía pestañas largas y espesas. Su nariz era aquilina y su boca y sus labios estaban bien proporcionados. Sus dientes, con los que era muy cuidadoso, estaban bien dispuestos y proyectaban un blanco brillante cuando sonreía ó al reír. Era de mejillas anchas y uniformes, con una barba negra y espesa que tenía, a su muerte, diecisiete canas. Su cara estaba enmarcada por una abundante melena que caía en ondas hasta sus orejas y hombros, y que él a veces se trenzaba y otras veces se de jaba suelta. La transparencia de su rostro era tal que su ira ó su agrado brillaban directamente a través de ella. Su cuello, ni corto ni largo, era del color de la aleación del oro y la plata. Sus manos tenían la textura del satén, con anchas palmas y largos dedos, de las que emanaba un dulce perfume que permanecía en las cosas que tocaba. El arco de sus pies era pronunciado y su andar era el de un hombre que camina cuesta abajo con rapidez y modestia.

Era de temperamento amable y de hermosos modales en medio de un ambiente acos­tumbrado a una violencia arrogante. Nunca era insultante y jamás despreció al pobre ó al enfermo. Honraba la nobleza y recompensaba según la valía, dando a cada cual lo más adecuado a sus necesidades. Jamás se humilló ante la riqueza ó el poder, sino que llamaba a todos los que acudían a él a la adoración de Allah.

Era siempre el primero en saludar a quien se encontrase, y nunca era el primero en retirar la mano. Era infinitamente paciente con todos los que a él acudían en busca de consejo, sin importarle la ignorancia de los incultos ó la tosquedad de los malcriados. En cierta ocasión, un beduino acudió a él con una petición y le tiró tan bruscamente de la ropa que le arrancó un trozo. Muhammad se rió y dió al hombre lo que pedía.

Una de sus cualidades era que siempre tenía tiempo para todos los que le necesitaban. Era considerado con los visitantes hasta el punto de ceder su propio sitio ó extender su capa para que se sentaran en ella; y si rehusaban, insistía hasta que aceptaban. Prestaba a cada invitado su total atención, de tal manera que todos sin excepción sentían que ellos eran los más honrados.

De todos los hombres, era el menos dado a la ira y el que con menos se complacía. Los errores de sus acompañantes no eran mencionados y nunca culpaba ó amonestaba a nadie. Su criado Anas estuvo con él diez años y durante este tiempo Muhammad no le llamó la atención una sóla vez, ni siquiera para preguntarle que por qué no había hecho algo.

Disfrutaba escuchando buenas opiniones sobre sus compañeros y lamentaba la ausencia de éstos. Visitaba a los enfermos aún en los barrios de Medina más distantes de su casa y de más difícil acceso. Acudía a las fiestas y aceptaba las invitaciones tanto de esclavos como de hombres libres. Acompañaba a las comitivas fúnebres y rezaba sobre las tumbas de sus compañeros. A donde quiera que fuese iba siempre sin protección, aún entre gente de probada enemistad.

Poseía una voz fuerte y melodiosa, y aun que permanecía silencioso durante largos pe­riodos, siempre hablaba cuando la ocasión lo exigía. Cuando lo hacía, era extraordinaria­mente elocuente y preciso, sus frases estaban bien construidas y eran tan coherentes que aquellos que le escuchaban, quienes quiera que fuesen, las entendían fácilmente y recordaban sus palabras. Solía hablar dulce y de senfadadamente cuando se encontraba con sus esposas, y con sus compañeros era el hombre más alegre y sonriente, apreciando lo que decían y charlando amigablemente con ellos. Nunca se enfadaba por sí mismo ó por cuestiones relacionadas con este mundo, pero cuando se irritaba por algo tocante a Allah, nada podía ponerse en su camino. Cuando enviaba a alguien a algún lugar, apuntaba siempre con toda la mano. Cuando algo le complacía, volvía las palmas hacia arriba. Cuando hablaba con alguien, volvía todo su cuerpo hacia él. Todo lo que hacía lo hacía a fondo.

Su generosidad era tal que cuando le pedían algo nunca decía que no. En cierta ocasión siguió dándole ovejas a un beduino que insistía en pedirle más y más, hasta que las ovejas llenaron un valle entre dos montes, y el hombre quedó anonadado. Nunca se iba a la cama hasta que todo el dinero de su casa ha bía sido distribuido entre los pobres, y con frecuencia repartía parte de su reserva anual de grano, de forma que él y su familia carecían de él antes de terminar el año. Solía pregun tar a la gente sobre sus necesidades sin que acudiesen a él y les daba todo lo que necesitaban. Así como era de generoso con sus pocas posesiones, era de generoso de sí mismo, dando sin cesar consejo, ayuda, amabilidad, perdón, y rebosante amor.

Amaba la pobreza y siempre se le encontraba con los pobres. Su vida era lo más sencilla posible. Se sentaba siempre en el suelo, y a menudo, cuando estaba con sus compañeros, se sentaba en la última fila para que los visitantes no pudieran distinguirle de los demas. Comía de un plato colocado en un mantel sobre el suelo y nunca usaba una mesa. Dormía en el suelo sobre una esterilla de palma cuyas marcas se le señalaban en la piel, aunque no rechazaba las comodidades si le eran ofrecidas.

Tanto él como su familia pasaban amenudo hambre y a veces transcurrían meses en­teros sin que saliese humo de su casa ó de las de sus esposas, pues sólo tenían dátiles y agua, y carecían de alimentos que cocinar y de aceite para las lámparas. Sin embargo, en las ocasiones en que disponía de alimentos, comía bien. Solía decir que el mejor plato era aquel en el que había más manos comiendo. Nunca criticaba la comida. Si le gustaba, la comía, y si no, la dejaba.

Solía atar al camello macho y alimentar a los animales usados para acarrear agua. Barría su habitación, arreglaba su calzado, remendaba su ropa, ordeñaba la oveja, comía con los esclavos y los vestía con ropas iguales a las suyas. Molía el trigo él mismo cuando su esclava se cansaba, y llevaba lo que había comprado desde el mercado hasta su casa. Decía: '¡Oh Allah!, permíteme vivir, crecer y morir con los pobres', y al morir no dejó ni un dinar ni un dirham.

Se vestía con lo que encontraba a mano, siempre que fuese correcto, aunque especial­mente le gustaban las ropas verdes y blancas. Cuando estrenaba una prenda nueva, regalaba la vieja. A veces vestía de lana basta. Poseía un manto del Yemen, a rayas, por el que sentía especial predilección. Amaba los perfumes y compraba los mejores que encontraba. Las únicas posesiones que tenía en gran estima y a las que cuidaba mucho eran sus espadas, su arco y su armadura, las cuales usaba sin temor y frecuentemente en las expediciones que dirigía.

Por encima de todo, fué a través de él cómo el Qur'an fué revelado, y la totalidad de su vida fué una constante manifestación de las enseñanzas en él contenidas. Fué el ejemplo perfecto para su comunidad, tanto en cómo debían ser los unos con los otros, como en su relación con su Señor, el Creador del Universo. Les enseñó a purificarse, cómo y cuándo postrarse ante Allah. Cómo y cuándo ayunar. Cómo y cuándo dar. Les enseñó cómo luchar en el camino de Allah. Dirigía la oración con ellos y se postraba durante la noche, sólo, hasta que sus pies acababan hinchados. Cuando alguien le preguntaba que por qué lo hacía, su respuesta era: `¿Acaso no debo ser un escla vo agradecido?'. Tenía una oración para cada acción y nunca se levantaba ó se sentaba sin mencionar a Allah. Todos sus actos los reali zaba con la intención de complacer a su Señor. Enseñó a su comunidad todo aquello que podía llevarles más cerca de Allah, y les preve nía contra todo aquello que pudiese alejarles de El. Inspiraba amor y profundo respeto en todos los que le trataban, y sus compañeros le amaban y honraban aún más que a sus familias, posesiones, e incluso más que a si mismos.

En cierta ocasión, su compañero y amigo íntimo Abu-Bakr as-Sidiq metió uno de sus pies en un agujero donde había una serpiente que le mordió, con tal de no despertar a su amado Profeta, que dormía en aquel momento.

Su yerno y sobrino Ali se arriesgó a ser asesinado en su lugar, y existen muchos más relatos que reflejan la devoción que inspiraba en todos los que le seguían. La unanimidad en las reacciones de todos los cercanos a él y la descripción que de él nos ha llegado a través de ellos, nos muestran a un hombre de tal perfección de carácter que no puede quedar ninguna duda de la veracidad del Mensaje y de la Guía que trajo: el Camino del Islam.

Su Señor le dice en el Qur'an: 'Te hemos creado con un carácter vasto', y él decía: 'Yo he venido a perfeccionar el buen carácter'. Es tees justamente el objetivo y el resultado de seguir el camino del Sello de los Profetas, el último Mensajero, el esclavo de su Señor: Muhammad.

Naturaleza

Muhammad, que Allah le bendiga y le conceda paz según el número de las cosas creadas desde el principio de la Creación, has ta el día en que todas las cosas desaparezcan ante el desbordante esplendor de la Divina Majestad, dijo que su Señor dijo: 'Yo era un Tesoro escondido y deseé ser conocido, y creé el Universo para así poder ser conocido'. Fué este deseo de auto-conocimiento expresado en las profundidades de la Esen cia de la Divina Unidad, lo que hizo que se iniciase el proceso de creación y llevó al des pliegue de los diversos planos de existencia, con todas las formas en ellos contenidas, in cluida la Tierra con toda su vida mineral, ve getal y animal.

En un preciso momento, cuando el entor no estaba completamente preparado, se dió vida a una nueva criatura: el hombre. Hasta ese momento, todas las diferentes formas de vida tenían distintos grados de consciencia; pero al hombre le fué dada, por su Creador y Señor, la capacidad de reconocer no sólo su entorno físico, sino también el hecho de que él era una parte inseparable de una Realidad que él percibía en sí mismo y en todo a su alre dedor. El era la cima y perfección de toda la creación y el medio a través del cual el 'Tesoro escondido' podría alcanzar su deseo de auto-conocimiento completo.

En las profundidades del ser del hombre hay un secreto insuflado en su interior por su Señor que desemboca en la Majestad y la Be lleza de la Unidad Divina. Muhammad dijo que su Señor dijo: 'El Universo entero no puede contenerme, pero el corazón de Mi leal esclavo Me contiene . El Qur'an dice: 'Ofrecimos el cometido a los Cielos, a la Tie rra y a las montañas, pero rehusaron su peso y tenían temor de él, y el hombre lo aceptó. Es cierto que actúa erróneamente, muy alo cado'.

Esta actividad errónea y alocada por parte del hombre le llevó a olvidar su verdadera na­turaleza y a perder la consciencia de la Uni dad Divina. Se vió cada vez más atrapado en la percepción de sus sentidos, y poco a poco fué dando realidad intrínseca a las formas creadas. Sin embargo, debido a la Misericor dia inherente a la Realidad Divina, en medio de las diversas comunidades humanas surgie ron hombres para enseñar lo que habían per­dido y restituir al hombre a su verdadera na turaleza. Estos hombres, conocidos como Pro fetas y Mensajeros, fueron creados con este só lo propósito; y aunque no eran más que hom bres entre los hombres, estaban bendecidos desde su nacimiento con una percepción diá fana de la Divina Realidad y del conocimiento de cómo vivir en armonía con el Señor del Universo, mientras que los hombres a su alre dedor se debatían en la oscuridad del olvido y en una creciente ignorancia.

Estos Profetas y Mensajeros trajeron a sus comunidades el conocimiento y la dirección que necesitaban, y les sirvieron de ejemplo, atrayéndolos de nuevo hacia la adoración y el reconocimiento de su Señor, la Unica Realidad. Son la perfección del ser humano, ínte­gros a pesar dé su contacto con esta existencia; continuamente conscientes de la Presencia de su Señor.

El primero de ellos fué el primer hombre: Adán, y siguieron apareciendo a través de la historia de la humanidad sobre la Tierra, has ta que la cadena se completó con la llegada del Sello de los Profetas, Muhammad. El Qur'an dice de él: 'Muhammad no es el pa dre de ninguno de vosotros, sino que es el Mensajero de Allah y el Sello de los Profe tas.

Hemos visto que la cúspide y plenitud del proceso de creación tienen lugar en el hom bre. Aunque fué el último en aparecer, todo lo que le precedió fué en preparación para él, el medio a través del cual el Señor del Univer so llegaría a conocerse a si mismo. El deseo de este auto-conocimiento fué lo que desencade nó todo el despliegue de la Creación y así, la primera idea se hizo realidad en la forma fi nal. En el hombre, lo primero y lo último es­tán unidos. Si deseas un fruto, debes primero plantar un árbol, esperar a que crezca, que florezca, y finalmente dé el fruto. Sin embar go, la idea del fruto precedió al plantar el ár­bol.

Como dijimos, la perfección del hombre se encuentra en los Profetas y Mensajeros, que son los modelos y ejemplos para el resto de la humanidad, y en quienes la Unidad Divina es tá más perfectamente representada. Ellos son los que corresponden más exactamente al de seo original de auto-revelación de la Divina Esencia y son, por esto, los primeros seres en el desarrollo de la Creación. Como lo último y lo primero están combinados en el hombre, la última de las criaturas, así también están combinados en Muhammad, el último de los Mensajeros. El dijo al respecto: 'Yo fui el pri mer Profeta creado y el último en comunicar Su Mensaje'. Y también afirmó: 'Yo era un Profeta cuando mi hermano Adán estaba en tre el agua y el barro'. Y dijo aún más: 'Cuan do Allah quiso crear el Universo, cogió una porción de su Luz y dijo: '¡Sé Muhammad!'.

Muhammad es el primer punto del que surge Luz desde la inmensidad impenetrable y absolutamente incognoscible de la Divina Esencia. Es el primer ser en el despliegue de la Creación del Universo. Es la pantalla a través de la cual los Atributos Divinos se filtran al resto de la existencia, y el gran velo mediante el cual la Creación es protegida del abruma dor poder de la Divina Majestad. Es la Luna que refleja la pura Luz del Divino Sol. Es la más alta manifestación de los Nombres y Atri butos de Allah y el medio a través del cual és tos fluyen al resto de la Creación.

El es Muhammad, el hijo de Abdullah, hi jo de Abd al-Mutalib, nacido en Meca cin cuenta y tres años antes de la Hégira. Le fué dada una visión completa de su incomparable estación con el Señor del Universo durante el Miraj, su 'Viaje Nocturno', cuando fué llevado a través de los siete cielos hasta pasado el Arbol de Loto, que señala el limite más lejano en el cual, hasta Yibril, el más grande de en tre los ángeles, fué obligado a detenerse. Des de allí se arrastró a una distancia de dos arcos de su Señor, y alcanzó su realización completa y el apaciguamiento de todo deseo. Su viaje fué el retorno al punto del que había salido cuando comenzó esta existencia, y fué su total descubrimiento de la profundidad y perfec ción de su propio ser: el pináculo y el eje de la Creación y la manifestación más pura de la Belleza, Misericordia, Generosidad y Equilibrio Divinos. Por razón de su cercanía a la Esencia Divina, ya que no existe nadie más cercano que él, le fué dado el nombre de al Habib, el Amado.

Pero debe recordarse que a pesar de su in comparable estación con el Creador del Uni­verso, Muhammad no es más que una criatura y absolutamente impotente frente a su Señor, el Uno, sin compañero. El es el Mensaje ro que trae a la humanidad el último y perfecto camino que recoge y anula la enseñanza de todos los que vinieron antes que él. Es, al mismo tiempo, absolutamente esclavo de su Creador, consciente de que todo el poder y la fuerza vienen de El. Para el musulmán no existe la posibilidad de adorar a Muhammad, pues el Señor es siempre el Señor, y el esclavo no puede ser más que un esclavo, dependiente por completo de su Creador. De hecho, más que ninguna otra criatura, Muhammad es consciente del absoluto poder de su Señor y de su propia y total incapacidad.

Y sin embargo, a Muhammad (y su nombre significa 'Digno de Alabanza'), le ha sido dado por el Señor del Universo un lugar por encima de cualquier otra criatura, y todos los musulmanes deben darle el honor debido a su rango y pedir bendiciones para él. El Qur'an dice: 'Ciertamente Allah y Sus ángeles ben dicen al Profeta. ¡ Oh tú que confías!, reza para que le sean concedidas paz y bendiciones. Dada su posición con Allah, por quien todas las cosas son adornadas en su existencia, bendecirle a él es bendecir a toda la Creación, y dada la generosa naturaleza de la Divina Realidad, las bendiciones vuelven aumenta das sobre aquel que las pronuncia. Muham mad dijo: 'A aquel que me bendice cien veces, Allah le bendice mil veces, y a aquel que me bendice mil veces, Allah prohibe al Fuego que toque su cuerpo'.

La proximidad de Muhammad con su Señor y su comprensión de su propia ignorancia ante el Conocedor de todas las cosas, le convierten en el perfecto vehículo para la Revelación de la Divina Palabra en el Qur'an. Por ésto, es el Mensajero, el esclavo, y también el Profeta iletrado. Ningún conocimiento puede atribuírsele a él. Todo su conocimiento proce de de Allah y sólo El conoce lo Visible y lo In visible. Su posición de absoluta receptividad y total servidumbre hacia su Señor demuestra que todas sus palabras y acciones estaban en completa armonía con la Unidad Divina, y su Mensaje a la humanidad no sólo estaba conte nido en el Qur'an, sino que quedó igualmente demostrado en la forma en que vivió y en lo que dijo durante su vida. El musulmán es instruido a través del Qur'an: 'Obedece a Allah y obedece al Mensajero'. La obediencia a Muhammad es obediencia hacia Allah. El amor a Muhammad es amor por Allah. La animosidad hacia Muhammad es animosidad hacia Allah. 'Aquel que te odiase, ése es el desahuciado'

Muhammad es el que está completamente entregado a su Señor. Escuchándole y hacien­do lo que dice, imitando su conducta y aumentando su amor hacia él, el musulmán espera aproximarse a él, ya que la proximidad a él es proximidad a su Señor. Al acercarse a Muhammad, el hombre se acerca a Allah.

Muhammad es el más grande de la Creación a los ojos de su Señor, es el que intercederá por todos los hombres el día del Juicio Final, cuando todos sean llamados a responder por sus actos en esta existencia. El día en que Aquel que haya hecho un átomo de bondad lo verá, y aquel que haya hecho un átomo de maldad, lo verá'. De todos los seres, es quien ha recibido la mayor generosidad y compasión, y por ser el Amado de su Señor, todos los que tengan en sus corazones el más pequeño grano de confianza hacia él, serán apartados del tormento y llevados a la gloria.

Muhammad es el más próximo a Allah, él Amado de Allah, el primer derrame de Luz de la Esencia de Allah, y por ésto, el Camino hacia Allah pasa inevitablemente a través de él. En su 'Viaje Nocturno' pasó a través de los siete cielos hasta las profundidades de su ser y la Presencia de su Señor, y regresó para des cribir a los hombres el Camino que conduce al Señor del Universo. Este Camino está abierto a todos aquellos que desean seguirlo. Todos los que realicen este viaje hacia la búsqueda de su verdadera naturaleza, encontrarán que el Camino a la Realidad Divina en la profun didad de sus corazones, es el Camino del Sello de los Profetas, el último Mensajero, el escla vo de su Señor: Muhammad.

Ninguna descripción de Muhammad, por muy detallada y bien informada que esté, puede transmitir quién es en realidad. El número de sus perfecciones es incontable y aún los más grandes poetas de entre aquellos que le aman, acaban por admitir la imposibilidad de alabarle lo suficiente.

Si deseas un conocimiento real de Muhammad, debes mirar a la gente que se ha en­tregado a seguir su ejemplo en todos los aspectos de su vida. En ellos verás algo de la cualidad y luminosidad interiores de Muhammad que Allah le bendiga y le dé paz. De ellos po drás aprender el Camino de Islam, el sendero de sumisión que conduce a la paz.