martes, 31 de agosto de 2010

Ilustres hijos del Islam (Que Allah esté complacido de ellos)

Veamos los ejemplos de algunos ilustres hijos del Islam. Uno de ellos fue 'Umar (radialláhu 'anhu), quien después de hacer su oración de 'ishá, solía volver a su casa y quedarse en oración durante la noche hasta que oía el adhán del fayr. También tenemos el ejemplo del piadoso jalifah 'Uthmán (radialláhu 'anhu) quien, después de haber ayunado durante todo el día, solía quedarse toda la noche rezando en saláh, además de dormir un poco durante el primer tercio de la noche. Se sabe que él recitaba el Corán completo durante la noche en el primer raka'ah.


Shaddád (radialláhu 'anhu) fue uno de los sahábah que solía permanecer despierto durante toda la noche, yendo de un lado a otro hasta que llegaba la oración del fayr. Él decía "¡Oh Alláh! El temor del fuego de Yahannam se ha llevado el sueño de mis ojos." Aswad Bin Yazid (radialláhu `anhu) luego de dormir un poco entre el magrib y el 'ishá, solía permanecer en ‘ibádah durante toda la noche en Ramadán. Ahora, veamos a un hombre como Sa'id Ibn Musáiyab (radialláhu 'anhu) de quien se decía que rezó la oración del fayr y del 'ishá con el mismo wudú por cincuenta años. También Silah Bin Ashiam (radialláhu 'anhu) quien después de haber estado rezando durante toda la noche a Alláh Tá álá, decía, cuando llegaba el amanecer: "¡Oh Alláh! Yo no soy digno de pedir de Ti el Yannah, pero todo lo que imploro de Ti es que me salves de Yahannam."

Qatádah (radialláhu 'anhu) era un hombre que terminaba la recitación completa del Qurán cada tres noches durante las primeras noches de Ramadán, pero en las últimas diez él lo rezaba completo cada noche. Se dice sobre el Imám Abú Hanifah (rahmatulláhi 'aleihi), siendo un hecho bien conocido, que él rezó la oración del 'ishá y del fayr con el mismo wudú durante cuarenta años. Cuando le preguntaron de donde obtenía la fuerza para hacerlo, él respondió: "Es la respuesta a un du'á que hice a Alláh Ta'álá por medio de la bendición de Sus especiales Nombres." Él sólo dormía un poco en las tardes, acerca de lo cual dijo: "En los ahádith se nos ha aconsejado hacer esto." En otras palabras, aún en la siesta de la tarde, solía seguir la sunnah. Este mismo Imám, mientras recitaba el Qurán lloraba tanto, que hasta sus vecinos sentían compasión de él. Una vez lloró durante toda la noche recitando una y otra vez el siguiente versículo del Qurán.

"Pero la Hora será su cita y ella será aún más terrible y más amarga"
(surah 54, La Luna: áyah 46)

Ibráhim Ibn Ad-ham (rahmatulláhi 'aleihi) llegaba al punto de no dormir en Ramadán ni de día ni de noche. El Imám Sháfi’i (rahmatulláhi ‘aleihi) solía recitar el Qurán hasta sesenta veces durante la oración en los días y noches de Ramadán.

Además de los ejemplos que hemos mencionado aquí, ha habido innumerables almas piadosas que solían comportarse cuidadosamente respecto de los mandatos contenidos en el siguiente versículo:

"Y no he creado a los genios y los hombres sino para que me adoren"
(Surah Adh-Dháriyát [51], áyah 56)

Nada es difícil para aquellos que tienen la voluntad de practicar. Estos son los ejemplos de quienes nos han precedido, pero hoy en día hay muchos que sienten la misma devoción, sirven a Alláh Ta'álá y de acuerdo a sus propios tiempos, hacen de la noche día adorándolo. Aún en estos tiempos de maldad y corrupción, hay quienes siguen el ejemplo de Rasúlulláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam), la comodidad no los previene de ser diligentes en su devoción, ni tampoco los asuntos de la vida mundana.

El Mensajero de Alláh (sallalláhu 'aleihi wa sallam) dijo: Alláh Subhánahu wa Ta`álá dijo: ""¡Oh hijo de Ádam! Libera tu tiempo para Mi servicio y Te enriqueceré con independencia, Te liberaré de las necesidades y Apartaré la pobreza de ti. De otro modo Te llenaré de obligaciones y deberes y tu pobreza y necesidades no desaparecerán". Ciertamente hoy en día vemos la veracidad de esto diariamente.

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